× Introducción

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El cielo se nubla sobre el Palacio, amenazando con una inminente tormenta

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El cielo se nubla sobre el Palacio, amenazando con una inminente tormenta. Las primeras gotas empiezan a caer y con eso las gemas se mueven de sus puestos de venta y trabajo en los alrededores del este del Palacio, donde establecieron la llamada «Zona comercial», empacando todo lo más rápido y mejor que pueden para dirigirse a un refugio que las ayude a evitar la creciente lluvia. Desde que habían incluído árboles en el Planeta Madre las lluvias se hicieron algo más común

Pinkie sale de La Embajada, cerrando su oficina con seguro y poniendo el cartel de «Estoy en mi descanso» antes de irse por completo a paso lento. Sus ojos dan vueltas por el pasillo y mira por la enorme ventana como algunas gemas empiezan a movilizarse a la entrada al Palacio. Con un gesto perezoso, lo ignora por su propio bien, no es que no quiera ayudar, es que simplemente está demasiado cansada para eso y lo único en lo que puede pensar es en relajarse. Siente un enorme peso en sus hombros, uno muy incómodo, que le dice que debería acostarse un rato y descansar en su cómoda cama de la litera, o tomar un baño caliente en la tina, cualquier cosa que relaje sus músculos estaría bien en este momento.

—Debería bañarme —dice, pensando en voz alta mientras camina lentamente por los pasillos con la cabeza baja y la espalda encorvada—. No. Debo ayudar. Es mi trabajo.

Pinkie detuvo su caminata y empezó a ir de regreso, pero luego se detuvo en seco de nuevo en mitad del corredor, observando al vacío. Parpadeo una, dos veces, luego suspiró y dejo que su cansancio se haga más presente. Que dilema.

—No, debo tomar un descanso antes de ayudar a los demás, Spinel dijo que debo relajarme más... Pero es mi trabajo. Aagh... —Llevo sus manos a su rostro, cubriéndose en leve desesperación—. Que estrés...

La cámara de seguridad capta cada movimiento de Pinkie con precisión, cada movimiento del Palacio en sí, incluidas las gemas que corren bajo la lluvia hacia las enormes y cerradas puertas buscando un refugio. La electricidad estática invade la pantalla de repente. Morganita observó la misma y frunció el ceño con un resoplido. Rápidamente se dirigió al comunicador a su lado y lo encendió presionando un botón. Una pantalla digital flotante apareció rápidamente, con la imagen de una perla rosada con el rostro lleno de grietas, la cual está de pie con una postura firme y los ojos entrecerrados, mostrando su seriedad con su lenguaje corporal.

—¿Buenas, Departamento de Exterminio? Tengo un problema con las cámaras...

—Yo no tuve problema contigo —murmuró cierta espinela morada, observando desde una ventilación hacia abajo—. Novata, ¿y se supone que estas protegen el Palacio?

Con un gesto de desprecio en su rostro reflejado en la forma que inclino la boca hacia abajo dejando ver el destello de sus dientes, siguió arrastrándose por el agujero con facilidad. Estos pequeños agujeros están hechos para guijarros, y para que pase el aire por supuesto, pero es un pasaje fácil para cualquier gema lo suficientemente pequeña... o estirada. Aunque está bastante alargada para entrar, no es demasiado difícil moverse por los estrechos canales, y no hay guijarro que pueda detenerla. Seres insignificantes, trabajando para una orden que solo lidera a mano fría sin tener en cuenta las opiniones o deseos de otros. Ella piensa detener eso, un paso a la vez. Pero la necesita.

Mad for you ╏ SU Namygaga ~ [Mᴀᴅɪɴᴋɪᴇ] *.✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora