46- Al noreste

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El viaje no fue tan largo gracias a la velocidad en el que Lewis y Eli iban, en un par de días, ya estaban por el muelle. Elliot gracias a un comunicador, pudo pedir con anticipación la preparación de un barco, por lo que cuando pudieron llegar al muelle, todo estaba listo.

El clima seguía frío y parecía que nevaría en cualquier momento, en una parte del muelle, se podía ver un gran barco con el emblema de la familia imperial, poseía varias velas y un estilo extravagante.

—Bueno chicos, les presento mi barco, posee todas las comodidades para un viaje largo y posee una tecnología única de este imperio, en donde existe la arquitectura mágica, gracias a eso, posee un motor a parte que funciona en base a piedras mágicas.

Explicó Elliot de forma tranquila, mientras comenzaba a subir por el puente.

—Vaya, no se parece en nada a nuestro pequeño barco, ¿Me explicarías como es que funciona esa tecnología? Donde vivo no hay muchos magos y menos las cosas que mencionas.

Comentó Erick mientras sus ojos brillaban de emoción ante algo que nunca había visto.

—Por supuesto, compartir conocimiento es algo bueno.

Respondió Elliot con una gran sonrisa. Mientras subían, había algunos empleados a bordo, así como un capitán, algunos marineros a cargo del aseo general y mantenimiento del barco y algunas sirvientas para la cocina y aseo de las habitaciones.

"Vaya, siento que hubiera sido mucho mejor si hubiéramos conocido a su alteza Elliot antes".

La comodidad que ahora tendrían para viajar por largos recorridos en el mar sería única. Mientras estaban a bordo, algunas sirvientas que iban por el barco a ayudar con algunas partes saludaban a Elliot y a sus invitados, por otra parte, Eli no perdió el tiempo en socializar un poco con ellas, mientras hacía aparecer algunas rosas de la nada, aunque su plan de coquetear se venía abajo cuando Elliot la llamaba por su nombre.

Por otra parte, Jess, Daniel y Lewis habían pasado a comprar algunas cosas extras antes de subir a bordo. En el muelle el comercio era abundante, por lo que los negocios estaban muy cerca.

—Tenía muchas ganas de comer chocolate.

Mencionó Jess con sus ojos brillosos mientras llevaba una gran bolsa llena de todo tipo de dulces.

—¿Por eso me necesitabas también? No me gusta mucho el dulce, pero me llevas como tu burro de carga.

Daniel llevaba muchas bolsas más llenas de dulces, mientras que Lewis tenía una pequeña bolsa que Jess le había comprado solo para él.

—A mí me gustan.

Mencionó Lewis mientras se echaba a la boca un bombón de chocolate, pero, aunque lo comía, todavía sentía una punzada en el pecho y de forma casi inevitable se ponía un poco triste.

Jess observó eso y recordó lo que había pasado cuando se abrió una grieta en el extremo sur.

—Cierto Lewis, ¿Cómo te sientes? Siento no haber podido hacer nada cuando Eli te trató de esa forma.

Comentó un poco preocupada por Lewis aún, no sabía por qué, pero a sus ojos Lewis se veía como un niño y no podía evitar sentir simpatía por él cuando no se sentía bien.

—¿De que hablas Jess? ¿Qué ocurrió mientras no estábamos?

Preguntó Daniel algo intrigado por lo que su compañera de trabajo dijo.

—Oh, es que mientras los mirábamos, Lewis quería mejorar algo en ese rubio pervertido, pero él le habló muy feo, mientras soltaba un aura bastante aterradora.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora