¿Mucasa?

"Toxic"

Estaba corriendo lo más rápido que podía para no ser atrapado por ese monstruo, aún podía ver a lo lejos lo que algún día llamó "hogar", tenía una mancha de sangre en su pecho y una cortada en su cara que atravesaba su ojos, no sabía cuánto más podía resistir antes de caer rendido, esperaba que eso fuera en otra dimensión, lejos de él.

Pero entonces, ¿Como fue que todo se fue al carajo? Para Aquino, era fácil de explicar, para Duxo, era algo que lo destruía desde niño. AquinoBy2002, más conocido como Aquino, era el hijo de los magos más poderosos en su pueblo, siendo su familia, los líderes que se encargaban de cuidar y proteger a sus habitantes. DuxoRethey, más conocido como Duxo, era el hijo de unos simples campesinos que trabajaban la tierra para vender productos en el mercado y así sostenerse, aunque Duxo quería aprender magia, pero eso era para los altos mandos.

Ambos eran amigos desde muy niños, casi se habían criado juntos, encontrándose cada noche en una casa en el árbol para aprender lo que el otro sabía, fueron muchas pijamadas y desayunos los que criaron a ambos niños. Ambos se apoyaban y se hicieron adultos, Aquino se volvió un gran mago y Duxo se volvió un increíble vendedor, ambos eran felices, pero había algo que al pelinegro le seguía disgustando.

El hecho de no poder aprender magia porque era de un grado "inferior", hizo que creara un escudo para que nadie pudiera entrar en su corazón y una máscara que cubría su verdadera personalidad, el castaño estaba consciente de esto, pero no le gustaba, tuvieron grandes peleas donde ambos terminaban lastimados, tanto física como emocionalmente, pero al final aceptaron que no podían cambiar y que todo lo que habían sembrado de pequeños, lo debían cosechar de grandes.

Era un día de tantos en los que Duxo permanecía en esa casa vacía, con solo un par de recuerdos que corrían de una habitación a otra. El pelinegro pensó de repente en lo injusto que era no poder aprender magia, ¿Quién le decía que no podía? Se infiltró a la sala de magia y hechicería, donde Aquino guardaba datos de su magia y del maná que desprendían las plantas, leyó todos los libros que pudo y cuando sintió que alguien llegaría, se los robó, haciendo que todas las personas en el pueblo se escandalizaran, sobre todo el padre del castaño.

"¿¡Te lo robaron!?" - Gritó, algunas veces su padre daba miedo.

"No se qué pasó, cuando llegué ya no estaban, revisé todo el perímetro pero no había nadie." - No era bueno mintiendo, pero no le iba a decir a su padre que su mejor amigo, el campesino que siempre lo acompañaba, se había robado sus libros de magia.

"No me mientras Aquino... Se muy bien que encontraste a alguien."

"No... O sea, si, pero no fue una persona, solo habían animales alrededor." - Sonaba un poco más convincente, al fin y al cabo, quién fue no era el problema principal, debían recuperar sus libros para que nadie más supiera los secretos de su mundo, que el oji miel había estado documentando en esos papeles.

"Interroguen a todos los que puedan e inspeccionen sus casas si es posible, quiero que esos libros aparezcan en el mismo lugar donde mi hijo los dejó, mañana a primera hora."

Salió poco después a la casa del árbol, vió que allí estaba Duxo, revisando los libros que le robó a Aquino.

"¿Que haces? Suelta eso."

Le arrebató el libro de las manos y lo guardo en su mochila, Duxo lo vió con enojo, no sabía hasta donde había leído, pero desde la primera página se daba a entender que ese mundo no era el único que tenía vida, o más bien, esa dimensión.

"¿Hasta donde leíste?" - El pelinegro no habló, su mirada enojada seguía centrada en él y solo se hacía más grande.

"Duxo."