𝐢. past now.

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Me encuentro en el pasado otra vez.

Estoy esperando ansiosa a que llegues del trabajo. Son las 11:30 p.m., es bastante tarde, pero sigo despierta, aguardando. Papá me insiste en que ya me vaya a dormir junto con mi hermano, pero quiero verte antes de cerrar los ojos.

Te vas al amanecer y vuelves al anochecer. Papá va contigo, aunque regresa más temprano. A veces deseo que intercambien lugares, que seas tú quien llegue temprano y juegue conmigo. Sería tan diferente tenerte aquí cuando el sol aún no se ha escondido.

La tía Beatriz ya me parece aburrida. Siempre me obliga a comer cosas que no me gustan, como el anís. Además, discute muy seguido con mi hermano porque ella lleva a su novio y otros chicos a casa. No la culpo; después de todo, solo tiene diecinueve años.

Es extraño que traiga a chicos que no son Elder, pero yo no digo nada. Todos son amables y juegan conmigo, a veces me traen juguetes, aunque no se quedan mucho tiempo. La tía Betty los lleva al cuarto, discuten un rato y luego se van.

Hoy es sábado, decidiste quedarte en casa. Estamos tranquilas, jugando hasta el cansancio. Es un día agradable, y me encanta tenerte aquí conmigo. Ángel, por su parte, quiso irse a jugar con los chicos del barrio, y me alegra que lo hayas dejado. Siempre se escapa, pero hoy lo hizo con tu permiso, lo que me hace sentir tranquila.

Papá trabaja los fines de semana, así que la casa está más silenciosa de lo usual. En cuanto a la tía Betty... bueno, las cosas no están muy bien entre ella, papá y tú. Ayer tuvieron una gran pelea porque papá la encontró en la cama, sin ropa, con un chico que él no conocía.

Me preguntaron por qué no había dicho nada al respecto, pero pensé que era algo normal verla así. No era la primera vez que la veía en esas circunstancias. Mí hermano tampoco había dicho nada, y creo que es porque, las veces que intentó hablar sobre esto, nadie le creyó.

Decidieron que lo mejor sería que mamá dejara de trabajar y se quedara cuidando de mi hermano y de mí. Sinceramente, me alegró mucho esa noticia. Pensé que te tendría para mí todo el día, que me cocinarías cosas ricas, y que seríamos felices. Pero ahora, me pregunto si fui egoísta por sentirme así.

Papá dijo que podría mantener la casa solo, como lo ha hecho desde joven con su familia. Sin embargo, en el tiempo que lleva haciéndolo solo, las cosas no han ido bien. A veces no nos alcanza ni para comer. Fue entonces cuando entendí por qué habías decidido salir a trabajar. No era solo una cuestión de dinero; era para que no nos faltara nada.

Últimamente, papá se pone de mal humor más seguido. He presenciado cómo te trata mal, y me duele verlo, pero no podemos hacer nada. No nos toman en serio cuando intentamos hablar al respecto. Después de todo, solo somos niños de siete y quince años.

Le cuento todo a mi hermano, pero él ya prefiere no meterse en esos problemas y pasa todo el día fuera de casa. Ángel me dijo que no le importaba porque papá no es su verdadero padre, y siente que no tiene que lidiar con esos problemas. Tú lo elegiste, pero me quedé pensando...

¿Valió la pena que te quedaras conmigo si ahora tengo que verte sufrir así? ¿Por qué mi hermano ya se ha resignado a no defenderte? ¿Por qué dejas que te traten de esa manera?

No te culpo, pero no puedo evitar preguntarme: ¿Por qué? ¿Por qué me dejas verte así? Tan frágil, tan vulnerable...

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⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

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