〔𝗮 𝗽𖦹cₒ ᵤₙ ʰ𖦹𝗺𝗯𝗿ʳᵉ se ₑₘb𝗮ᵣ𝗮zₐ〕

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Quitando el abusivo malestar que hacía que Camilo no conciliara el sueño, él estaba feliz de que Mariano estuviera a su lado cuidándolo.
Era feliz con tener al hombre que amaba apoyándolo en todo, incluso en un dolor de tripa.

En la mañana, Isabela fue la primera en revisar a Camilo para despertar a Mariano, en caso de que estuvieran juntos, y echarlo del cuarto antes de que Dolores o alguien más se enterara.

─ ¡Pero estoy durmiendo!

─ Ya no, ¡afuera!

Camilo abrió los ojos perezosamente sintiéndose especialmente pesado en la parte del vientre y descubrió a su prima echando a Mariano a patadas que trataba de ponerse la camisa.

─ Eres muy mala─ se quejó Mariano en un puchero.

─ Agradece que te cubro el culo, maldito.

─ Bueno sí pero-.

─ ¡Shu, fuera!, Camilo necesita descansar.

─ ¡Estábamos descansando!

Eran las seis de la madrugada y gracias al Cielo nadie aún se levantaba, ni siquiera la abuela que ahora que Mirabel iba a ser la siguiente matriarca, ya no tenía tantas responsabilidades puesto que se las pasó a su nieta.

Camilo se acomodó de nuevo para seguir durmiendo pero unas náuseas repentinas y poderosas lo llevaron corriendo al baño tan rápido que Isabela sólo vio una estela amarilla antes de notar que era su primo.

─ ¿Aún se siente mal?─ preguntó claramente preocupada.

─ Sí, ha estado vomitando toda la noche. No sé qué le pasa pero parece positivo al respecto, hace chistes de embarazos y eso pero yo no lo veo chistoso, ¡podría ser cáncer de estómago!

─ Embarazo...─ susurró Isabela.
Las palabras de su tío Bruno el día anterior regresaron a su cabeza y no pudo quitárselas durante el resto de la mañana.

No, no puede ser... se repetía Isabela es hombre, ¡es hombre! sin embargo algo dentro suyo se sentía como un nudo al candor de la puerta que representaba la nueva vela de esperanza de la familia Madrigal.

 se repetía Isabela es hombre, ¡es hombre! sin embargo algo dentro suyo se sentía como un nudo al candor de la puerta que representaba la nueva vela de esperanza de la familia Madrigal

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Al mediodía, la familia no se reunió a almorzar por estar muy ocupados cubriendo a Camilo. Por su lado Bruno, tan campante y risueño como siempre, pasó a ver a su sobrino, le convidó algunos mangos y se divirtió charlando con él de tonterías que sólo dos tipos realmente extraños como ellos disfrutarían.

─ Y... ¿le dijiste al cura Flores si quiere salir a una cita contigo, tío?─ preguntó Camilo con una mirada coqueta y su tío se puso como vestido de amante, rojo.

─ ¡C-camilo!─ chilló el mayor─ ¡No digas esas cosas! Alguien como él jamás saldría conmigo por... varias razones─ y lanzó un suspiro pesado.

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⏰ Última actualización: Aug 30, 2024 ⏰

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αrεթﻨէα 𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗮𝘇𝗮𝗱𝗮 | MarianiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora