-31 de enero
Fernanda Villalobos.
Bajamos de mi hermoso Koenigsegg Jesko, y nos encaminamos a la entrada del gran salón.
— Nada más y nada menos que Fernanda Villalobos — sonrío y él me sostiene la mano, dejando un beso en el dorso, para luego darme una vuelta — Y Estefanía Glowatski.
Hace lo mismo con ella.
— Sebastian, qué gusto verte de nuevo — digo y él sonríe — Creí que tampoco vendrías a este evento.
— Creímos que estarías en juicio — le dice Estefanía, y él se quita una pelusa inexistente de su traje.
— El dinero todo lo compra — responde, y sonríe — Diviértanse, princesas. Me gustaría quedarme más tiempo con ustedes, pero tengo un asuntito que arreglar — nos guiña un ojo, y sigue su camino hasta subir a una de las camionetas que lo esperan.
Entramos al salón y todos los presentes van de gala, como cada fin de mes que se realiza el evento. Un evento prestigioso, al cual solo personas contribuyentes a nuestra empresa, y de alto nivel social, asisten.
— Señorita Villalobos, qué gusto tenerla de nuevo por aquí — asentí con una pequeña sonrisa — Le presento a mi ahijado, Ronald Finsh.
Observo al joven muchacho, de algunos 18 años, y le extiendo mi mano.
— Un placer conocerla — dice, estrechando su mano con la mía, para luego agacharse, y dejar un beso en ella — En verdad es muy hermosa.
— Gracias — observo a Federico — Tengo asuntos importantes que atender. Cualquier cosa que quieras tratar y que sea importante, sabes dónde contactarme.
Asiente y le paso por un lado junto a Estefanía.
— ¿Sabes si Valentín y Estrella vendrán? — me pregunta Estefanía mientras seguimos caminando hasta una de las mesas altas.
Tanto Estefanía, como Valentín y Estrella, son unos de mis mejores amigos.
— Valentín dijo que no vendría. Estrella creo que sí vendrá, su marido tiene asuntos que hablar con mi padre — respondo.
— Pero había mencionado que no tenía quien le cuidara al niño.
— ¿Qué pasó con la niñera?
— Creo que iba a ocuparse hoy.
— Debería cambiarla, esa siempre tiene algo que hacer y nunca cuida bien al niño, no es nada profesional.
— Fernanda — observo a mi hermano mayor, el cual llega hasta mi mesa.
— Mario — él deja un beso en mi mejilla y yo le doy un pequeño abrazo — Creí que no podrías venir.
— Tenía otros asuntos que hacer por aquí y vine de paso, pero ya me voy — observa a Estefanía pero ella evita mirarlo — Tengo que irme. Por cierto, mi padre te espera en la oficina.
— Espero poder vernos pronto — le digo, y asiente.
— Te prometo que vendré pronto — me da otro beso en la mejilla y antes de irse, vuelve a observar a Estefanía.
— ¿Vas a evitarlo toda la vida? — le pregunto a ella una vez él se fue.
— Sí, en esta y en todas las que existen.
— Él se arrepiente, y créeme que la a pasado muy mal. Tú sabes que no era su intención aquello que pasó.
Me observa molesta, pero noto sus ojos cristalizados.
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Límites Difusos
AdventureFernanda, cansada del maltrato de su padre y su obsesión por el poder y el dinero, toma una gran y peligrosa decisión: proponerle matrimonio a Daniel. Sin dudarlo un segundo, Daniel, un narcotraficante millonario y arrogante, acepta, eligiéndola a e...