Durante innumerables años, la leyenda de un enigmático laberinto de los deseos ha persistido en el pueblo de Avarius. Se dice que en el corazón de este laberinto, bajo la pálida luz de la luna, mora un gato tan negro como la noche, cuyos ojos verdes reflejan las estrellas, y que vigila celosamente el astro que ilumina las noches más oscuras. Ningún habitante ha osado aventurarse en el laberinto para descubrir si la leyenda es mero producto de mentes sedientas de fantasía o si representan una realidad que nadie ha tenido el valor de explorar. Se dice que el entorno de dicho lugar está dominado por árboles y bosques impenetrables. ¿Merecerá la pena el riesgo de vagar eternamente por el bosque, impulsado únicamente por el deseo de obtener lo que más anhelas?
Para la mayoría, la respuesta era evidente, el temor siempre había oscurecido la curiosidad. Pero no había sido el caso de Hyunjin, un joven cuyo amor por la luna era conocido por todos. Desde niño, había sentido una conexión inexplicable con la luna. En las noches más oscuras, cuando la soledad invadia, encontraba consuelo en su resplandor. ¿Por qué parecía llenarle un vacío al que no le hallaba explicación? ¿Por qué el solo verla era un un abrazo cálido a la distancia? Nadie lo comprendia... Solo la Luna. Noche tras noche, ascendia a la colina más alta para admirar la luna y componer innumerables poemas en honor su luz y serenidad. No había noche en la que no se encontrara allí, perdiendo la noción del tiempo, sumergióndose en su resplandor, ansiando estar a su lado en la tranquilidad de la noche.
Una noche de otoño, impulsado por su deseo de seguir admirándola, se dirigió a esa colina familiar. Pero algo era diferente... El lugar que solia estar dominado por el susurro del viento y la soledad ahora estaba demasiado tranquilo. El viento no soplaba, y creyó que la luna había influenciado a la naturaleza. Alli, en el lugar donde solia sentarse, había una carta. ¿En qué momento la dejaron? Permanecia inmóvil como si no quisiera volar, ¿acaso esperaba ser encontrada?
Hyunjin miró a su alrededor; estaba completamente solo. No era algo nuevo, siempre lo habia estado. Esa dura realidad caló en lo hondo de su corazón hasta que alzó la mirada y se dio cuenta de lo equivocado que estaba. La luna siempre habia estado a su lado.
Con la certeza de que esa carta era para él, la tomó y leyó las palabras escritas en ella. No había remitente ni tinta, las letras resaltaban como miles de estrellas, como si hubieran sido escritas con polvo cósmico sobre el papel. El texto hablaba sobre el famoso laberinto y lo invitaba a probar su suerte en él. Sintió curiosidad y la tentación de descubrir la verdad detrás de la leyenda del laberinto caló en sus huesos. ¿Qué tenia que perder? En casa nadie lo esperaba.
Sin demora, se adentró en el laberinto, un lugar repleto de maravillas y peligros donde el aire se volvia más denso y la luz de la luna se filtraba entre las ramas, creando patrones hipnóticos en el suelo... Ah, su amada luna, desde que se enamoró de ese astro las noches dejaron de ser las mismas.
El aroma a tierra húmeda y flores nocturnas Ilenaba sus pulmones, mientras los sonidos de criaturas resonaban en la oscuridad. Su ingenio, deseo y amor por la luna fueron los faros que lo guiaron hasta el corazón del laberinto, donde, sobre un altar de piedra, descubrió una aguja, brillando bajo la luz de la luna llena. Levanta la vista y la ve, con ojos llenos de devoción, tan cegados por su belleza. La ve brillando sobre su cuerpo, bañando el altar de piedra en un halo plateado y sus deseos se reflejan en la aguja que parece latir con vida propia, acelerando los latidos de su corazón.
—Solo quiero estar con ella... —susurró—. Que mi único propósito de vida sea que mi alma permanezca junto a ella, no quiero esperar a la noche para sentirme vivo.
En ese instante mundo pareció detenerse cuando aguja penetró su piel con una frialdad que se transformó en un calor reconfortante, la yema de su dedo, dejando una gota de sangre escarlata y aquella sensación se extendió desde la punta de sus dedos, recorriendo su cuerpo como una ola de ternura y luz, envolviéndolo en un halo plateado. Sintió su cuerpo cambiar, sus huesos se yolvieron ligeros como el aire, sus músculos se transformaron en finos hilos de seda. La atmósfera cortó su circulación, sintiendo toda su sangre ir directo a su cabeza y su corazón amenazando con salir desde su garganta. Su cuerpo se balanceó sobre el aire y, por un momento, se dejó fluir, sin pensar, sin o necesidad de respirar.
En un abrir y cerrar de ojos, su piel, antes humana, se cubrió de un suave pelaje gris plateado que resplandecía como la niebla bajo la luz de la luna. Sus ojos, antes lIlenos de admiración, se convirtieron en esferas de esmeralda líquida, capturando la esencia de la noche en su profundidad. Sus oídos se afinaron, capaces de escuchar los murmullos de las estrellas.
Allí, bajo la luz plateada, apareció una figura etérea, su piel pálida irradiando un resplandor frío y sereno, tan distante y hermoso como la luna en una noche despejada, luciendo tan frágil como el vidrio, con miles de estrellas simulando lunares, finos labios tan rojos como la sangre, y ojos tan oscuros como la noche. Un aura blanca delineaba su figura, tan blanca y pura, encandilante, como un ser de luz, y la naturaleza parecía inclinarse ante su presencia; los árboles susurraban con el viento, como si lo reconocieran.
Hyunjin sintió su corazón acelerarse, no por miedo, sino por la inexplicable atracción hacia esa figura, la misma atracción que siempre había sentido por la luna desde que era un niño.
Era como si la luna misma hubiera descendido del cielo para encontrarse con él, adoptando una forma humana solo para estar a su lado. Y tras esa imagen, cayó ante la dura realidad de que jamás podría estar con él.
Se sentó bajo la luz de su amada luna, sus ojos felinos reflejando su fulgor. Sintió una conexión profunda, un vinculo eterno con el asto que tanto había admirado, lo observó, su alma se entrelazó con Ia esencia de la luna, convirtiéndolo en su guardián eterno y nada lo hizo sentir más pleno.
Desde aquel dlía, los habitantes de Avarius notaron la presencia de guardián, un gato tan negro como la noche que aparecía cada noche para observar la luna. Nadie sabe la verdad de su origen, pero todos sienten que el vinculo entre él y la luna es profundo, casi humano. Algunos dicen que el gato parece proteger y admirar la luna de una manera casi humana, otros dicen que son un par de amantes que reencarnaron a la distancia, pero eso no les impide estar cerca.
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El Guardían de la Luna - One shot [Hyunin]
Fanfiction─────────────── ✧ Es ficción, únicamente hago uso de los nombres de los artistas. ✧ Aunque el nombre no se menciona, Jeongin es la luna. ✧ Fue escrito por mero entretenimiento para una actividad narrativa utilizando las palabras: Gato • Belleza • L...