Izuku Midoriya estaba teniendo una mañana complicada. Tenía una herida en el antebrazo, donde se pellizcaba periódicamente para asegurarse de que no estaba teniendo una pesadilla. Después de que Ochako le dejara la noche anterior, fue incapaz de moverse de su sitio durante otra media hora. Estaba arraigado al lugar donde... se había ofrecido...
La bilis le subió de nuevo a la garganta mientras los pensamientos sobre la noche anterior se arremolinaban en su mente, una noche que consideraba probablemente la tercera peor de su vida, seguida muy de cerca por la huida de Ember y...
No servía de nada traer a colación viejos dolores para añadirlos al presente. Midoriya nunca se había sentido tan disgustado consigo mismo. All Might le había advertido de que se enfrentaría a decisiones difíciles a medida que asumiera más responsabilidades, pero aun así no le había preparado para la agonía que suponía plantearse abandonar a una de sus mejores amigas, aunque a la larga pudiera ser lo mejor para ella.
Uraraka también lo sabía, pero era demasiado desinteresada como para haber sacado el tema. Por eso Midoriya tuvo que jugar a ser el villano y cargar con todo el peso. Ese era el destino del espadachín de One For All, renunciar a su propia comodidad y deseos para ayudar a los necesitados. En ese sentido, había hecho lo correcto. Debería estar dando la bienvenida a la náusea que le arañaba las entrañas.
Pero no fue por eso por lo que se quedó clavado en su lugar con miedo. No fue por eso por lo que tardó otra hora en recobrar los nervios y arrastrarse de vuelta a sus aposentos.
Si el Príncipe llegaba a enterarse de lo que Midoriya había sugerido, de que la idea había partido de él, no volvería a dirigirle la palabra. El príncipe Todoroki nunca podría saberlo. Midoriya no estaba seguro de poder recuperarse de ello. La relación entre él, el Príncipe y Uraraka ya había sido lo suficientemente tensa antes de que ocurriera todo esto. Dioses, le dolía el estómago.
No había descansado después de volver a su habitación, y en su lugar había optado por imaginar todos los escenarios posibles en los que todo le estallaría en la cara y Todoroki decidiría apartarle por completo de su vida. Midoriya se odiaba a sí mismo por el miedo que tenía a perder a sus amigos. Ya habían perdido a Uraraka durante Dios sabía cuánto tiempo. Lo único que había mantenido vivo su propósito y su concentración durante los últimos cuatro años eran los lazos que había formado con ella, Iida y el Príncipe.
Patético.
Midoriya iba a estar solo la mayor parte de su vida. Eso no era un miedo, era una promesa. Nunca se establecería en algún lugar, nunca formaría una familia, y siempre sobreviviría a todos los que le rodeaban. Era el camino que había elegido y al que estaba destinado. Y, sin embargo, daba la sensación de que, en lugar de aceptar lo inevitable y aislar su corazón, Midoriya seguía posponiéndolo. No estaba preparado para estar solo, todavía no. ¿Por eso se aferraba tan desesperadamente a esas personas? No era la primera vez que se preguntaba si su homólogo del mundo alternativo era tan débil como él.
Se frotó los ojos con cansancio y murmuró para sí mismo mientras se dirigía hacia el comedor para desayunar con el grupo. Se había convertido en una rutina para todos ellos reunirse a primera hora del día antes de separarse para cada una de sus respectivas actividades. Últimamente, Midoriya no participaba, sino que prefería comer con All Might o ir a la biblioteca con Ochako. Se rió roncamente para nadie en particular. Nada de eso le importaba ahora.
-"Una semana, una semana, vamos Midoriya..."- Se pellizcó el puente de la nariz mientras se apoyaba en un pilar de piedra.
-"Relájate y haz lo que quieras durante una semana. Olvídate de los viejos diarios, de la magia del teletransporte, de esa mirada en la cara de Uraraka cuando nos dimos cuenta de que no podíamos llevarla a casa..."-
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Viendo doble
FanfictionTRADUCCION EN CURSO Resumen: Había una luz cegadora y un dolor tan intenso, por lo que ella no podía respirar. Luego, nada, excepto el susurro de las hojas en un bosque en el que Ochako no recordaba haber entrado. No tuvo tiempo de asimilar el hecho...