Bill

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Llegué a la agencia por la puerta paralela, la que me permitía evitar pasar por la oficina de Andreas y no tener que lidiar con su extraño comportamiento. Al entrar, saludé a Lucy, mi secretaria, quien me siguió para darme los compromisos que tenía para esa tarde-noche, ya que ella terminaba su horario de trabajo. Me indicó todos los pormenores y se despidió, deseándome buenas noches. Me quedé allí mirando por la ventana el gigantesco océano, disfrutando de la vista del sol ocultándose y dejando ver la oscuridad y la inmensa luna.

La puerta de mi oficina se abrió y me giré para ver a Gustav entrar, seguido de Andreas ~rayos, ese hombre tenía que tener un radar en el culo~.

-Te ves horrible-, me dijo mi querido amigo, siendo tan sincero como siempre. Yo solo sonreí como respuesta.

-Para mí, te ves cada día más hermoso-. Y allí estaba el comportamiento extraño de Andreas: si bien antes me coqueteaba, ahora se sentía diferente. No dije nada, solo me senté sobre el escritorio.

-¿Para qué viniste, Andreas? ¿Necesitas algo?-, indagué con tono frío.

-Emm, no, solo quería preguntar si podemos ir a un bar a bailar-, respondió.

-No tengo ganas, Andreas. Otro día, tal vez-.

¿Bailar? ¿Yo? ¿Y en estos momentos? De verdad, Andreas se comportaba muy extraño. Le dije eso porque no quería ser descortés, pero eso no iba a pasar.

-Pero tenemos que celebrar-, dijo en un susurro, tal vez para que Gustav no lo escuchara.

-¿Celebrar qué?-, pregunté.

-Tu divorcio-, respondió.

Gustav resopló y se sentó en el sillón, mientras que yo estaba más que perdido, pero gracias a mi bocón amigo, no tuve que decir nada.

-Bill no está para celebrar nada, está perdiendo un hogar de cinco años-, dijo.

-¿Por qué? ¿Es lo que estamos esperando?-, indagó Andreas.

-Andreas, no sé de qué me hablas-, respondí.

-Entonces, ¿no significó nada nuestro beso?-, preguntó Andreas.

-¿Qué beso?-, pregunté extrañado.

-Bill no lo recuerda porque lo hiciste cuando estaba inconsciente, te aprovechaste cuando le suministraron el medicamento-, acusó Gustav.

-¿Qué rayos dices, Gustav?-, reñí sorprendido.

-Te acuerdas del medicamento que te daban para el dolor y que sus efectos eran de dopaje-, recordó Gustav.

-Sí, lo recuerdo-, dije, claro que lo recordaba, era el mismo medicamento que Tom había tomado cuando...

-Bueno, él aprovechó ese momento para besarte-, dijo Gustav.

-¿Qué?... O sea, que eso fue lo que vio Tom, por eso dice que le fui infiel-, susurré, empezando a entender.

-Sí, yo me tropecé con Tom cuando salía de tu habitación y entonces vi cómo este tipo estaba besándote-, explicó Gustav.

-Pero él me correspondió, no estaba tan inconsciente-, se defendió Andreas.

-¡Porque te confundió con su esposo! ¿O no escuchaste cuando repetía su nombre?-, pregunté.

-Eso no es cierto, Bill-, se defendió otra vez Andreas.

-Eres un aprovechado-, dije, enfadado.

~Sí, claro, también era un aprovechado como yo que intenté hacer lo mismo con Tom, pero él no tenía por qué saber eso~, pensé, mientras me levantaba y quedaba frente a Andreas, que era un poco más bajo que yo.

𝑵𝒐 𝑷𝒖𝒆𝒅𝒐 𝑫𝒆𝒋𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝒓  [TwcNr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora