Cap. 14

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Jughead sonrió. —Pues si esto va como ahora tendrá que repetirse más seguido—

Betty sonrió. —Mmmm Jughead... ¿Me esperas? Tengo que ir al baño, sólo será un momento—

—Esta bien, aquí te espero— Contestó Jughead, sonriéndole.

Betty le dió la espalda y corrió hacia el baño, pero en ese momento Archie se le acercó a Jughead y no se veía nada feliz.

—Hola Archie— Lo saludó Jughead. —¿Qué tal?—

—Te crees muy listo. ¿Cierto?— Le preguntó Archie, enojado, acercándose.

Jughead alzó una ceja. —Disculpa... ¿A qué te refieres?—

—Es más que evidente que solo quieres acostarte con ella— Lo acusó.

Jughead soltó una carcajada y lo miró fijamente. —Escucha... Si crees que me das miedo, no podrías estar más equivocado. Además... Antes de hacerle a Betty algo que ella no quiera, preferiría morir primero—

—Tu no puedes conmigo y lo sabes— Lo amenazó Archie, acercándose a él. —¿Quieres una prueba?—

—¿Cuál es tu maldito problema?— Le preguntó Jughead a Archie, ya con la paciencia al límite.

—¡Chicos!— Los llamó Betty, acercándose a ellos y mirándolos a ambos. —¿Qué les pasa? ¿Acaso están discutiendo?—

—Este tipo solo quiere llevarte a la cama Betty— Advirtió Archie. —Ten cuidado—

Jughead rodó los ojos. —No voy a perder el tiempo contigo, pelirrojo—

—Tienes razón Jug— Dijo Betty, acercándose al ojiazul y tomándolo de la mano. —No vale la pena perder el tiempo con el. Vámonos—

Dejaron al pelirrojo ahí, todo enojado y ardido y salieron del cine, aún tomados de las manos. En cuanto a los demás, la mayoría ya se había ido y los que quedaban estaban dispersos.

—¿Qué fue lo que pasó ahí adentro?— Preguntó Betty, curiosa. —Cuando me fui, Archie no estaba ahí. Salió de la nada—

Jughead asintió. —Si... Ha estado tenso toda la noche. Verónica no le pela, tu tampoco y creo que eso le causó mucha frustración—

Betty soltó una risa. —Y pensar que ese tonto solía gustarme. Pero... ¿Por qué actúa así?—

Jughead se encogió de hombros. —Oye... Ya no hablemos de eso. ¿Tienes hambre?—

—Mucha— Afirmó.

Jughead sonrió. —Tambien yo. Vamos al Starbucks a comer algo—

—Está bien— Aceptó la ojiverde con una pequeña sonrisa.

Jughead buscó su moto, ambos subieron y llegaron de inmediato al Starbucks más cercano. Ahí ambos empezaron a comer sandwiches de pavo, provolone y pesto en ciabatta.

—Betty... Tengo que confesarte algo— Admitió Jughead mientras le daba una mordida a su quinto sándwich.

Betty lo miró con una ceja alzada mientras se tomaba una malteada. —No me digas que quieres otro sándwich—

Jughead soltó una risa. —Eso y que no me gustan tanto las fiestas—

—¿Que no?— Preguntó Betty, confundida. —Pero... ¿Entonces por qué me invitaste a la de Cheryl?—

—Porque ese día estabas mal y no quería seguir viéndote así— Confesó Jughead, mirándola fijamente. —Se que las cosas no salieron muy bien aquella noche pero mi intención era que no continuaras triste—

•SÓLO POR TÍ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora