Trabajar como profesor de primaria y como profesor universitario era muy cansado para Sukuna, quien con 23 años desempeñaba ambos oficios. Regresaba a casa cansado por la extensa jornada de clases, trabajar con niños era muy cansado. Se dio una larga ducha para relajar su cuerpo y después al estar mas fresco, comenzó a revisar los exámenes de sus estudiantes universitarios, sus ojos cansados apenas podían mantenerse abiertos cuando termino.
Al día siguiente, sábado, se preparó para sus clases por la tarde en la universidad, estaba cansado, pero no tenía otra alternativa. Estaba tan cansado que al subir las escaleras por poco se cae al fallar con uno de sus pies, pero fue agarrado de la cintura y al voltear pudo observar al profesor Gojo Satoru, sus ojos se agrandaron y sus mejillas se tintaron de un rojo vivo, ¡Era muy guapo!
Satoru sonrió y lo soltó. —Ten más cuidado, Sukuna—Dijo marchando hacia su salón, dejando a Sukuna aún sonrojado.
Más tarde Sukuna estaba terminado su clase del día —Jóvenes, los que tienen tarea pendiente, por favor escríbanme al privado para poder ayudarles con la reposición de los puntos.
Y es así que después de asignar unas cuantas cosas más todos los estudiantes se fueron retirando hasta que solo quedo Sukuna en el salón, estaba guardando sus cosas cuando unos golpes en la puerta lo alertaron.
— ¿Una tarde complicada? —Pregunto Satoru, manteniendo su sonrisa despreocupada. Sukuna suspiro y le dedico una sonrisa corta—Ha sido una larga semana.
—Vamos, te invito una copa—Ofreció Satoru, a lo que Sukuna acepto y más tarde se encontraban en su bar favorito.
— ¡Los estudiantes no valoran en lo absoluto todo el esfuerzo que se hace para que no pierdan la clase, les das la mano y te toman el codo! —Decía un Sukuna muy ebrio.
Satoru sonrió—Sukuna, ¿vamos a mi casa? —y entonces Sukuna asintió sabiendo el significado de esa pregunta.
Al llegar a la casa de Satoru, ambos comenzaron a besarse con mucho desespero mientras se desasían de su ropa y tomaron camino rumbo a la cama. Satoru mordía y saboreaba con mucho gusto los labios de Sukuna, quien simplemente se dejaba llevar por sus besos y caricias. Satoru paso de devorar sus labios a su cuello, el cual se dedicó a rellenar de marcas y mordidas que costaría sanar. Al llegar a la cama, Satoru recostó a su amante, mientras al mismo tiempo continuaba depositando caricias por todo su cuerpo, hasta comenzar a embestirlo de esa forma que tanto disfrutaba, Sukuna era tan delicioso.
Cuerpos que chocan entre sí, labios hinchados deseosos de seguir probando los contrarios, respiraciones agitadas y su corazón latiendo como loco; ese era su escenario perfecto. Sukuna estaba enamorado de Satoru, pero Satoru aún no estaba siendo consiente de sus sentimientos hacía él.
Era una semana complicada para Sukuna, entre los exámenes de sus alumnos universitarios y de primaria, estaba realmente estresado. Suspiro y tomo su teléfono, quería hablar con Satoru; escuchar su voz para tener ánimos de seguir.
Primer intento... el teléfono suena, pero nadie toma la llamada.
Segundo intento... alguien toma el teléfono, pero siguen sin responder a la llamada, solo se escuchan gemidos femeninos de fondo...
Sukuna cortó la llamada sintiendo un nudo en la garganta, se decía a si mismo que no había razón para llorar, pero sus ojos traicioneros ya estaban cristalizados por las lágrimas. Se desplomo sobre el sillón, cubriendo sus ojos con el brazo mientras las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.
Más tarde, un poco más calmado continúo con su trabajo. De repente su teléfono sonó y al ver el nombre en la pantalla supo que era Satoru, no tomo la llamada, pero su teléfono seguía sonando por lo que tomando una fuerte bocanada de aire finalmente respondió.
—Sukuna, ¿sucede algo? —Pregunto Satoru del otro lado de la línea.
Sukuna sonrió de medio lado—No, solo era una duda, pero lo he resuelto... disculpa la molestia.
Satoru rio un poco—Bien, entonces voy a colgar.
Y sin más la conversación termino...
Helous, helous. Señores he vuelto con una nueva historia que probablemente los haga llorar otra vez, pero que de igual forma, espero que disfruten.
No olviden tomar awita y tengan cuidado, ya sabes, por lo del virus.
Besos en la Koleishon. 😘