⚡Capítulo 22: No es el momento

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   Llego a MET-RAR y me hacen pasar a una sala en donde hay un hombre sentado con un par de hojas, saludo al entrar y él sonríe amablemente, su nombre es Adam, me realiza un par de preguntas, luego hablamos de mi experiencia, lo que ellos están buscando y así estamos por lo menos una hora, al terminar toda la entrevista, estoy muy segura que quede, me pide esperar unos minutos y lo hago, aunque me comienzo a poner algo nerviosa.

   Observo que entra otra mujer, por lo que asumo que viene a lo mismo, sé que me fue bien, estoy muy segura de eso, pero aún así, uno nunca sabe.

   Luego de media hora, ella sale y se marcha, Adam sale y me vuelve a llamar, me siento frente a él y me entrega mi contralo, sonrío muy orgullosa, lo logré, estoy feliz, firmo ya que estoy de acuerdo con todo, partiendo porque no tendré turnos nocturnos, solo estaré de día, pero aún 7x7, en cuanto al pago estoy conforme, tendré a dos ingenieros geomecanicos a mi cargo y comienzo en tres días. Al finalizar estrecho mi mano con Adam y me despido, salgo feliz. Llamo a Max y contesta enseguida.

— ¿Quedaste? — pregunta.

— Sí — sonrío feliz.

— Lo sabía, eres la mejor Nena, te lo mereces.

— ¿Dónde estás? — pregunto.

— A dos manzanas de MET-RAR — no puedo evitar reír — ¿voy por ti?

— Sí, pero no salgas del auto, te amo — explota en risas.

   Camino por el pasillo y no puedo dejar de sonreír, a pesar de lo sucedido con esa mujer, todo lo demás salió perfecto, las puertas de cristal se abren por el sensor de movimiento y veo el auto de Max, camino rápido y me subo, ambos sonreímos de inmediato. Me acompaña al centro comercial, compro todo con envío para mañana, porque no hay para hoy, así que una cosa a la vez, Max compro una mesa que tiene cubierta de cuarzo, es hermosa, así que fue lo único que deje que comprara.

   Una vez que terminamos, vamos a cenar, ambos moríamos por pasta, así que fuimos a uno de sus restaurantes favoritos, no dejamos de hablar, jamás hay silencios, comentamos todo, aún no puede creer que estoy aquí y la verdad yo tampoco, pero estoy feliz, es inexplicable como me siento, es perfecto estar a su lado, no quiero más que esto, él y yo.

— ¿Lograste solucionar todo con ella? — pregunto.

— La saqué de la empresa — comenta — hace unos meses, me regalo sus acciones, no había querido aprovecharme de eso, pero cruzo todos los limites, aunque es solo por un años, luego de eso volverán a ser de ella.

— Enriendo... debe estar muy interesada en ti para regalártelas...

— Yo diría obsesionada — pongo los ojos en blanco — no es de egocéntrico, es verdad, no entiende.

   Max me comenta que Marie se metió a su oficina con Sophie, me siento bastante incomoda, me gusta su honestidad, pero a veces es demasiado.

   Luego de cenar, me acompaña al edificio, ahí hablo con la señora Laura quien es la dueña del departamento, es muy agradable, nos llevaremos bien, una vez que ella se marcha, con Max nos quedamos ahí, todo está vacío.

— ¿Estás feliz? — pregunta y asiento.

— Mucho, ¿y tu?

— Mucho... Esta noche... ¿quieres quedarte en mi departamento? — todo mi cuerpo hormiguea y asiento.

— Sí, pero debemos bajar a buscar a Pita — sonríe y asiente.

   Luego de ir por Pita, nos subimos al auto de Max, cuando vamos camino a su departamento, recuerdo la ultima vez que estuve ahí y me arrepiento de inmediato, miro a Max y muerdo mi labio, él me mira.

Tormenta y Trueno [ LIBRO 2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora