Único.

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Advertencias:

1. Es un one-shot, por lo tanto no tengo en mente alargar este escrito a menos que me llegue la inspiración.

2. Tiene contenido homoerótico.

3. Pareja principal: UzuZen.

4. Todos los personajes son mayores de edad.

5. Hay smut. Es omegaverse y contiene un cuarteto. A pesar de que sean trillizos, no habrá incesto ninguno, cabe aclarar. No soy fanática precisamente de dichas historias.

***

Zenitsu era el único y feo hijo del matrimonio Agatsuma.

De eso, los hermanos Uzui sabían muy bien. Habían crecido en el mismo vecindario y sus casas quedaban en la misma calle. El primero en notarlo fue Tenchi, el primer hijo de los trillizos más populares del vecindario. Cuando lo vio, sintió una repulsión inmediata por aquel chiquillo que, sin importar las miradas, lloraba a moco tendido debido a que su madre le iba a llevar al dentista. Cabía decir que Tenchi era un niño responsable y que escondía bastante bien su miedo, sin embargo el dentista también le asustaba. Aunque, claro, eso era algo de lo que nadie debía enterarse. No era que le cayera mal por feo, siendo francos. Le caía mal porque siempre que le veía, ese dichoso niño estaba llorando y su rota voz le provocaba dolor en sus tímpanos. Por eso cada vez que lo veía salir o acercarse a su casa se escondía en su habitación.

El segundo en darse cuenta de lo feo que era Zenitsu, fue Teiji, el segundo hijo de los tres hermanos. Teiji había visto al muchacho por primera vez en la escuela. Ese niño era escuálido, tenía el cabello enmarañado en un nido de pájaros y los mocos por doquier. A Teiji le daba asco verlo cuando les tocaba el recreo, porque parecía no saber comer como un niño normal. Sus ojos grandes, repletos de miedo y su chillona e irritante voz era algo que le daba dolor de cabeza. Cada ocasión en la que se veían, era un suplicio para Teiji, pues sus madres se conocían y le oía hablar, cuando tenía confianza, hasta por los codos con un amigo pelirrojo que tenía. A pesar de ello, no era como su segundo hermano. Él prefirió no decir nada y solamente ignorar al muchacho en cuanto antes.

El último en darse cuenta de la fealdad del niño, fue Tengen. Era el último de los dos hermanos sólo por tres minutos después del nacimiento de Teiji. Tengen era el pequeño mimado y coqueto que iba de niño en niño para buscar jugar a como de lugar. No aceptaba un no por respuesta y por ende, algunas veces los compañeros de su salón salían huyendo despavoridos cuando veían al niño entrar con sus hermanos al lugar. Travieso y juguetón, le gastaba bromas inocentes a sus padres y a sus maestras, que parecían derretirse de amor con sus ojos grandes y morados que con tanta felicidad veían a los otros. Había sido el último en percatarse de Zenitsu porque era muy distraído. De repente ese niño de cabellos amarillos se había aparecido y por error, Tengen le dio un pequeño golpe al correr. Como una frágil ramita, el rubio se cayó y comenzó a llorar y a pelear diciendo que había sido él quien le había empujado a posta. Sus hermanos llegaron más rápido que nunca y comenzaron a pelear con el muchacho, quien empeoró al ver que ahora habían un montón de niños curiosos que veían la situación mientras tres chiquillos discutían con él. Tengen pensó que era poco bonito que un niño estuviera llorando todo el tiempo.

Eso, quizás, fue a los cuatro o cinco años.

Al crecer, los hermanos Uzui fueron, aunque ninguno lo dijo abiertamente, tomándole cierto gusto el molestar al rubio. Cuando llegaron a los siete años, los tres se acercaban para halar sus cabellos, amarrar las mangas de su mochila en su propio pupitre, desaparecer sus lápices y utensilios escolares y no dejarlo tranquilo. Su padre se había quejado con ellos cuando la madre de Zenitsu, por obviedad, fue a su casa, bastante rabiosa, a pelear porque sus hijos molestaban al suyo.

Cisne [UzuZen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora