Labios ajenos (1)

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Después de la pequeña pelea con Darius, este chico amable me invitó a un trago. Me divertí y por fin olvide un poco toda está situación.

-realmente eres muy divertido-. Le comente al chico, quien sostenía su bebida y sonreía.

-bueno, me haces querer sacar lo mejor de mí-. Me respondió dejando su trago en la mesa.

Le devolvi la sonrisa hasta que se puso de pie y tomó su chaqueta.

-creo que debería de irme, espero que resuelvas todo con aquel chico-. Él sonrió antes de darse la vuelta.

-Antes de eso, ¿podría pedir tu nombre al menos?-. Me pare de mi asiento.

-Ron-. No se volteo, solo siguió su caminó hasta que desapareció en el ascensor.

Me cayó realmente bien, aunque esta despedida fue un poco rápida e inesperada.

Ron

No quiero hacerle esto a Lawrence, es un chico amable pero las órdenes del rey son las órdenes del rey no puedo desobedecer.

El rey no quiere que Lawrence este cerca de este chico y yo solo puedo hacer mi trabajo.

Tome mi teléfono y marque el número de la mujer más gritona que conoció. Andrea Smith.

-¿que quieres?-. Se quejo con solo responder la llamada.

-bueno, ya te va a tocar tu parte-. Le explique antes de buscar un cigarrillo en el cajón de mi habitación de hotel.

-genial, pero la única pregunta es como lo llevó a un bar-. Explicó con su tono más calmado. Podría adivinar que estaba acostada viendo Gilmore girls y tomando algún refresco con más azúcar que cualquier dulce en esta tierra.

-¿y por que no lo invitas?-. Sugerí. Es un camino fácil y genuinamente quiero terminar rápido con esta farsa.

-¿y como crees que va a reaccionar si una completa extraña entra a preguntarle si quiere ir a un bar?-. Oí su suspiro al otro lado.

-mira, no me importa como lo hagas pero tenemos que hacerlo rápido, no voy aguantar hacer esto más-. Copie su acción, aunque suspire con más culpa que otra cosa.

-bien, bien, lo que sea, lo haré de alguna u otra forma-. Colgó la llamada y apague mi celular, dejandolo en la mesa de noche.

Perdón, Lawrence, pero es mi trabajo y no puedo oponerme a las órdenes del rey si quiero seguir llevando comida a mi hogar.

Busque mi encendedor y me senté en la cama suave de hotel.

-sorprendentemente suaves para hacer de hotel-. Susurre para mi mismo y prendí mi cigarrillo.

Dio una bocanada y ahora toca seguir.

Lawrence

En la noche.

Honestamente no quise volver a la habitación, me la pase dando vueltas por el hotel o por la piscina, pero empezó a darme un poco de frío.

Así que si, volví a la habitación solo para encontrar que Darius ya ni siquiera estaba ahí.

Camine hacia su cama para ver si había algo, pero nada, estaba incluso ordenada.

Oí un toque en la puerta, así que me gire y para mi sorpresa, detrás de la puerta estaba Ron, sonriendo con ropa algo fiestera si me preguntan.

-¿Estas libre?-. Pregunto susurrando. Como si fuera un secreto o como si quisiera no despertar a los demás o a alguien.

-bueno, de hecho lo estoy-. Y era verdad, me hubiera sentado a hablar con Darius sobre lo que verdaderamente veníamos a hacer pero ahora eso es algo imposible.

-¡bien! ¿Te molestaría salir conmigo?-. Su voz estaba llena de emoción y felicidad. Se que no debía, en especial porque no lo conocía bien y recién entable una pequeña amistad con él después de lo que pasa con Darius.

-bueno, suena bien-. Siendo sincero, no me quería pudrir aquí y ver el techo pensando en que mierda le pasaba Darius.

Porque sí, eso era lo que más recorría mi cabeza sin parar y sin descanso.

-¡Genial!-. Exclamó, dejando de lado su antiguo tono de voz bajo.

-solo me cambiare esta ropa, ¿no te molesta esperar afuera?-. Pregunte rascandome la nuca un poco apenado.

-No te preocupes, aquí estaré-. Él mismo cerro la puerta con cuidado.

Él era amable y atento, todo lo contrario a como había sido Darius ahora.

***
Ron sonrió al verme salir del cuarto. Le devolvi el gesto y cerré la puerta detrás de mí.

-bueno, ahora nos vamos-. Se adelantó a mi y camino hacia el ascensor.

Entre al ascensor con él y bajamos al obby.

Odiaba la sensación de los elevadores, pero era mejor que bajar las escaleras.
Solo te paras y esta cosa de metal te hace bajar casi como obra de magia.

Ignorando obviamente todo el mecanismo detrás.

Salimos del elevador y caminamos a la salida.

-por cierto, vamos a un bar, espero que esos lugares sean de tu agrado-. Bueno, siendo honesto en mi vida fui a uno.

-¡Claro!-. Mentí con una sonrisa, saliendo del hotel a su lado.

Los dos entramos a su carro y cuando arranco por alguna razón me sentí ansioso. Siento que algo pasará y que no me gustara y odio saber que generalmente estas sensaciónes se hacen realidad.

El carro empezó a avanzar y pude ver la calle. Mucha gente pasando y carros yendo de un lado al otro en diferentes direcciones.

-ya vamos a llegar, no está lejos-. Ron explicó, sacándome de mis pensamientos una vez más.

-si, esta bien-. Respondi sin mucho pensar, devolviéndole mi vista a la calle y a lo que pasaba en ella.

Paramos en una bar pequeño y el me acompaño a la entrada. Saco su teléfono y envió un mensaje de texto.

Me sonrió.

-vamos-. Dijo, pero su voz de volvio apagada de repente.

Asenti y camine hacia dentro, cuando levante mi vista solo pude ver una chica de pelo rojo pegando sus labios contra los de Darius.

Aun si estuviera de espaldas nunca en mi vida perdería de vista su chaqueta o sus manos llenas de cicatrices.

La chica se separó de él sonriendole.

Me cayo el mundo encima.

Si todo estaba mal con Darius, ahora ya ni siquiera quiero verlo.

Y supongo que el tampoco me quiere ver a mi.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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