26 - Nueva rutina pt 2

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Tres largas, agotadoras y pesadas semanas habían pasado. 
Agotadoras porque Jimin no había parado de trabajar en la escuela, incluso fuera de su horario laboral. Los días que daba clases a segundo D eran obviamente los más demandantes de energía pero había aprendido a seguirles el ritmo, o más bien a tratar de hacer que esos revoltosos niños siguieran el suyo. 

Los exámenes estatales ya habían pasado y los había estado preparando muy duro para que los superaran sin hacer trampa. Era lo correcto después de todo. Y si bien no pudo convencer al resto de sus colegas para seguir su ejemplo, sí pudo lograr que Jungkook lo hiciera, pues el pelinegro seguía apoyándolo en todo. Los resultados todavía no llegaban así que andaba muy ansioso debido a ello en los últimos días. Pero se tenía fe de que les había ido bien. Ambos la tenían.   

Fuera de la escuela las cosas no estaban más calmadas, desde que Jay convivía con él su departamento se había convertido en un desastre. Le costaba mucho hacer cooperar al adolescente con el tema de la limpieza y el orden. Y solo lo terminaba haciendo cuando Jungkook aparecía para amenazarlo con tirarlo por el balcón. No le gustaba que tuviera que recurrir a esos métodos pero bueno, al menos le hacía caso. Esto de ser básicamente un padre sustituto de un adolescente rebelde de un día para el otro estaba siendo muy estresante pero Jimin no se arrepentía en lo absoluto. 

Solo bastaba con ver la mejoría en la vida de Jay para que todo valiera la pena. El chico ahora se acostaba temprano y dormía tranquilo por las noches, en su nueva cama que le había compeado, las horas que le correspondían para alguien de su edad. Se alimentaba mucho mejor, y su desempeño en la escuela había mejorado en tan poco tiempo. Ahora hacía sus tareas, aunque básicamente porque Jimin lo obligaba en casa. Aún seguía molestando y de vez en cuando peleando con otros alumnos pero Jimin entendía que el chico era de poca paciencia y carácter fuerte, le iba a costar un poco más de tiempo tratar de aprender a controlar sus emociones. Pero para enseñarle eso estaba Jungkook. 

El profesor de Matemáticas también estaba muy involucrado en la vida de Jay. Y no solo porque lo trataba en la escuela o porque subía todas las noches al departamento de su colega para cenar los tres juntos. También pasaban tiempo a solas. Jungkook lo inscribió a un gimnasio cerca de casa e iban juntos casi todos los días al menos una hora para liberar energía y tratar de conversar. Al tener un pasado algo similar con sus familias Jungkook creía que podrían llegar a conectar un poco más. Y hasta ahora estaba funcionando. Jay parecía sentirse mucho mejor consigo mismo con su cambio de vida.

Su hermano mayor todavía no había podido volver al país pero los profesores lo mantenían al tanto de todo. En cuanto a su madre, las cosas estaban más complicadas. Si bien la mujer no tenía intenciones de recuperar a su hijo para que volviera a vivir con ella, tampoco había intentado comunicarse con él o con Jimin aunque sea para saber cómo estaba. Era triste, pero por el momento Jay tampoco quería tener contacto con ella y sus profesores lo respetaban. Quizás todavía no era momento.  

En fin, Jungkook y Jimin estaban satisfechos, cansados pero satisfechos con el progreso. Y obvio, cualquier oportunidad para estar a solas que encontraban era bien aprovechada para compartir un poco de intimidad. Quizás ya no tan frecuente como antes, pero allí seguían. La situación emocional entre ellos seguía básicamente igual desde entonces. Solo colegas y amigos que andaban juntos sin nada serio. Ninguno de los dos se atrevía por el momento a tocar el tema sobre el estatus de su relación, aunque querían. Los dos querían. Jungkook por su parte se convenció de que solo estaba buscando el momento ideal para hacerlo, pero éste nunca llegaba. Y Jimin no lo hacía obviamente por miedo al rechazo. En resumen, los dos estaban siendo unos tontos miedosos.   

El día que por fin Jungkook se había decidido a invitar a una cita formal al profesor de Biología, éste al parecer tenía otros planes. 

— ¿Salimos a comer hoy? – le había preguntado de la forma más casual para tantear el terreno primero durante un recreo entre clases. Jimin estaba revisando su teléfono por milésima vez para ver si ya estaban los resultados de los exámenes y no le prestaba casi nada de atención a su compañero. — Creo que el mocoso se puede cuidar solo por una noche ¿No?

La teoría del amor - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora