Un día de película

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Al estar en la habitación sólo podía pensar en una sola cosa, ¿Qué podía hacer con esa caja en particular? O más bien si sabía que hacer pero má no sabía con quien podría hacer eso.

Sin que me diera cuenta ya era hora de ir a la escuela . Así que no me quedaba de otra, sabía que tenía que levantarme y afrontar el hermoso mundo de la preparatoria, así que sólo salté de la cama e hice lo que comúnmente se hace en las mañanas. Hace unos años , cuando vivíamos en la otra punta del país al empezar el día sólo pensaba en las lecciones de piano, los ensayos de las obras de teatro y por último sólo esperaba que el día terminara para poder hablar con hasta ahora mis mejores amigas. Anna y Paula.

La rutina me encantaba ya que al terminar las clases tenía la libertad de tocar el piano en una casa de cultura que se encontraba cerca y existían las ventajas de estar rodeada de chicos lindos. Era un sueño el tocar con chicos atractivos e igual de talentosos.

Después de eso conducía en mi vieja moto hasta llegar a él teatro de la ciudad, no era gran cosa pero todo lo que se relacionaba con la actuación. era importante para mí .

Mi sueño de ser famosa sigue en pie pero con lo que acaba de pasar lo creo más difícil.

Al levantarme decidí que queda tiempo para contestar mensajes que tenía desde la madrugada así que lo hice.

*Hola hermosa, espero que te adaptes y que te lo pases lo mejor posible. Recuerda que puedes contar con nosotras y recuerda conectarte después .
Anna *

Eso me recuerda que tengo que desempacar mi ordenador y conectarlo y leo el siguiente.

*Te extraño y recuerda que cada vez que veas un cabrón piensa en mis palabras...♡
PAULA*

Eso último me hizo reír pero ya no era hora de seguir así. Me levanté por fin.

Después de un baño me encontraba en frente del closet pero al ser una chica me encontré con dificultades, la principal era ¿cómo será apropiado vestir sin parecer una zorra ni tampoco una monja? Era el dilema más grande hasta que vi pasar a Nora.

-¿Me podrías ayudar ?- Le pregunté de manera amable.

Sin contestarme se dirigió a mi closet y sacó unos vaqueros azules un poco desgastados de las rodillas y una playera de barras de color negro.

-No entiendo porque no usas más seguido el colo negro. Te favorece demaciado.

-Sabes que casi no tengo ropa negra. Además sabes que no es muy bueno llamar la atención el primer día.

-Tonterías. Vístete que yo te llevo a la escuela.

Haciendo pucheros sin que me viera, empecé a vestirme. Para este conjunto de ropa quise ponerme zapatillas deportivas. No se sabe cuando las puedas necesitar para correr.

Después de haberme peinado con una coleta (con el cabello naturalmente liso) me quedaban 10 minutos antes de que mi madre me llamara para el desayuno así que no se me ocurrió mejor oportunidad para ver de nuevo el contenido de la caja. Al ver la lista sólo podía pensar en que se podría utilizar. Solo por puro placer me imaginé a que chico lindo podría embrujar con todo eso.

la historia de AlexandriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora