"El amor jamás serán las palabras que decimos, porque todos podemos mentir con el corazón vacío, pero si te fijas en sus acciones y en su mirar te darás cuenta si en verdad te ama."
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Aizawa se encontraba en su habitación, rodeado de libros y cuadernos que había dejado abiertos sin prestarles atención. Su mente estaba lejos de sus estudios; estaba pensando en Bridget y cómo se estaría adaptando a su nueva escuela. Desde que se había cambiado a Hope Rising Academy, sus interacciones habían sido limitadas a mensajes y videollamadas, pero no era lo mismo que verla en persona. El distanciamiento, aunque necesario, lo hacía sentir impotente y ansioso.
El sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos. Cuando vio el nombre de Bridget en la pantalla, no pudo evitar sonreír y rápidamente respondió la videollamada. La imagen de Bridget apareció en la pantalla, y él notó que había algo diferente en su expresión: se veía más relajada, casi radiante.
—¡Hola, Shouta!— señaló y dijo al mismo tiempo, con una sonrisa en su rostro.
—Hola, Bridget— respondió Aizawa en lenguaje de señas, acompañado de su voz. —Me alegra verte. ¿Cómo te ha ido en la nueva academia?
Bridget asintió con entusiasmo antes de responder.
—Me está yendo mucho mejor de lo que esperaba. Al principio fue difícil, pero he hecho varios amigos. Hay personas aquí que son realmente amables, y estoy comenzando a sentirme más cómoda.
Aizawa sintió un alivio genuino al escucharla. Saber que Bridget estaba haciendo nuevos amigos y comenzando a encontrar su lugar en la nueva escuela lo hacía feliz. Sin embargo, a medida que continuaban hablando, no pudo evitar notar que había algo más en su expresión, una chispa de emoción que no había visto en ella desde hacía tiempo.
—Eso es genial, Bridget— respondió, sonriendo. —Cuéntame más sobre tus nuevos amigos. ¿Cómo son?
Bridget comenzó a enumerar a algunos de sus compañeros de clase, describiendo cómo la habían acogido y lo mucho que le gustaba estar con ellos. Haruka, la chica que había conocido el primer día, se había convertido en una de sus mejores amigas, y siempre estaba dispuesta a ayudarla. También mencionó a un par de otros estudiantes con quienes había empezado a llevarse bien.
—Y hay un chico, Kaito— continuó Bridget, con un tono un poco más animado. —Es muy amable. Hoy, me ofreció comer con él en la cafetería, y fue agradable. Es gracioso y hace que el tiempo pase rápido.
Aizawa sintió que algo en su interior se agitaba. Aunque intentó mantener una expresión neutral, no pudo evitar que sus manos se tensaran ligeramente mientras hacía señas.
—Kaito, ¿eh? ¿Y qué más te dijo?
Bridget, sin notar el cambio en la expresión de Aizawa, continuó.
—Nada especial, solo hablamos de las clases y de lo que nos gusta hacer en nuestro tiempo libre. Él también es nuevo en la academia, así que estábamos compartiendo nuestras experiencias. Es bueno tener a alguien con quien puedo sentirme cómoda.
