Mini maratón 2/2
El dios de la guerra nos esperaba en el aparcamiento del restaurante.
—Bueno, bueno —dijo—. No los mataron.
—Sabías que era una trampa—le espetó Percy.
Ares sonrió maliciosamente.
—Seguro que ese herrero lisiado se sorprendió al ver en la red a un par de críos estúpidos. Se ven bien en la tele, niñatos.
Le arrojé su escudo.
—Eres un cretino.
Annabeth y Grover contuvieron el aliento.
Ares agarró el escudo y lo hizo girar en el aire como una masa de pizza. Cambió de forma y se convirtió en un chaleco antibalas. Se lo colocó por la espalda.
—¿Ves ese camión de ahí? —Señaló un tráiler de dieciocho ruedas aparcado en la calle junto al restaurante—. Es su vehículo. Los conducirá directamente a Los Ángeles con una parada en Las Vegas.
El camión llevaba un cartel en la parte trasera, que pude leer sólo porque estaba impreso al revés en blanco sobre negro, una buena combinación para la dislexia: «AMABILIDAD INTERNACIONAL: TRANSPORTE DE ZOOS HUMANOS. PELIGRO: ANIMALES SALVAJES VIVOS.»
—Es una puta broma —dije.
Ares chasqueó los dedos. La puerta trasera del camión se abrió.
—Billete gratis, niña. Deja de quejarte. Y aquí tienes estas cosillas por hacer el trabajo.
Sacó una mochila de nailon azul y se la lanzó a Percy. Contenía ropa limpia para todos, veinte pavos en metálico, una bolsa llena de dracmas de oro y una bolsa de galletas Oreo con relleno doble.
Era esa mochila.
—No quiero tu estúpida mochila...—empezó diciendo Percy.
—Gracias, señor Ares —saltó Grover, dedicándole su mejor mirada de alerta roja—. Muchísimas gracias.
Cerré los ojos. Ese ingenioso y maldito Luke. Tenía todo controlado.
Miré el restaurante, que ahora tenía sólo un par de clientes. La camarera que nos había servido la cena nos miraba nerviosa por la ventana, como si temiera que Ares fuera a hacernos daño. Sacó al cocinero de la cocina para que también mirase. Le dijo algo. El asintió, levantó una cámara y nos sacó una foto.
«Genial—pensé—. Mañana otra vez en los periódicos.»
Ya me imaginaba el titular: «Delincuentes juveniles propina paliza a motorista indefenso.»
—Me debes algo más —le dijo Percy—. Me prometiste información sobre mi madre.
—¿Estás seguro de que la soportarás? —arrancó la moto—. No está muerta.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir que la apartaron de delante del Minotauro antes de que muriese. La convirtieron en un resplandor dorado, ¿no? Pues eso se llama metamorfosis. No muerte. Alguien la tiene.
—¿La tiene? ¿Qué quieres decir?
—Necesitas estudiar los métodos de la guerra, inútil. Rehenes.... Secuestras a alguien para controlar a algún otro.
—Nadie me controla.
Se rió.
—¿En serio? Mira alrededor.
Silencio absoluto.
—Es usted bastante presuntuoso, señor Ares, para ser un tipo que huye de estatuas de Cupido.
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Hades' child; sometimes lucky
FanfictionAstoria Rousseau es hija de Hades, lo sabe desde los 7 años y cada día lo tiene más claro. Disfruta de una vida normal, o lo más normal que se puede siendo vidente, semidiosa e hija de el más temido de los tres grandes; el dios Hades. Durante años...