Capitulo LIII | Un mar de agua dulce

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-¡Oh por Dios!-Mi nana se paralizo en la sala cuando Mar entro con su mano en la correa y el doberman junto a ella.-Pero...-Me observo y yo negué suspirando.

Ella finalmente sonrió apretando sus labios, y es que comprendía lo que su mirada me decía.

Eres tan débil ante ella.

Y era verdad, una verdad que me enorgullecía.

-Es hermoso, ¿Verdad, nana?-Mar buscaba la aprobación de los que podíamos apreciar al animal.

-Claro que si, dulzura. Pero creí que....-Gigi se acerco y lo que vi me impacto y me agrado.

El doberman no le gruño, pero se puso en guardia, alerta, olfateo a Gigi y cuando no vio amenaza se hizo a un lado observando como Gigi acariciaba la mejilla de mar.

-Esta entrenado.-Gigi afirmo, yo asentí en respuesta.

-Fue el cachorrito de un militar, pero lamentablemente perdió a su antiguo dueño.-Dijo mar acariciando la cabecita del cachorro de apenas un año. Era pequeño a pesar de su estatura.

-Entiendo.-Dijo Gigi acariciando al cochorro también.-Por que no acomodan las cosas del cachorro mientras la comida esta lista.

-Si, gracias, nana.-Dijo mi aguamarina.

Enseguida pedí que bajaran las cosas del cachorro de la camioneta y adaptáramos su hogar junto a la puerta del jardín, así tendría la libertad de salir a hacer sus necesidades ahí o simplemente sentirse libre, era una raza salvaje, necesitaba su espacio.

Mientras tanto deje a mar en el sofá del jardín. Me enternecía ver como le arrojaba un juguete al doberman y este iba por el y al llegar a mar lo colocaba en su mano como si el cachorro supiera y comprendiera que ella no tenia la capacidad de buscarlo.

-Ella estará bien, superara esto, señor Jeon.-Forme una ligera sonrisa de labios cerrados, una que guardaba mucha nostalgia.

-¿Habías conocido a una mujer mas fuerte?-Ambos observábamos al par de amigos en el jardín.

-La verdad, señor....es que no. Por eso se gano todo mi respeto la señorita __________. Serví en la milicia, las fuerzas especiales y de encubierto. Vi a cientos de compañeras ser heridas en batalla o enfrentamientos, incluso torturadas, todas y cada una tardaban meses en recuperarse. Y normalmente desistían del servicio al ser heridas una vez. Pero su mujer.-Oliver asintió lleno de lo que parecía orgullo.-Ella fue torturada durante años, conoció la libertad y se sintió mas perdida que cuando lo estuvo. Creo que es normal que ella regresara a ese bar cuando pensó que no podía mas con sus mismos traumas, ella creía que era eso todo lo que merecía. ¿Imagine que tan fuerte tienes que ser para regresar a la tortura?

-¿En lugar de buscar el cariño y el amor que yo le ofrezco, de mi protección?-Pregunte sin apartar la vista de mar, entonces escuche la risa nasal de Oliver.

-Señor Jeon, cuando una persona se asusta a niveles exorbitantes, el subconsciente siempre la lleva a un lugar completamente familiar, es decir algo con lo que su subconsciente comprende y muestra que es conocido, eso aunque no lo crea, es algo familiar para ella, algo que...la reconfortaba.

-Temo que un día regrese ahí.

-No la subestime, señor Jeon. Ella no se fue y huyo de usted tantas veces porque no lo ame.-Por fin observe a Oliver.-Lo hizo porque lo ama mas de lo que ella misma puede comprender. El amor asusta, créame, el amor da mas miedo que cualquier cosa. Le estas dando el poder a otra persona de destruirte.

-Yo jamás la destruiría.

-Ella pensó que lo destruiría a usted.

Y entonces comprendí todo. Ella se había alejado de mi tantas veces porque siente y sabe cuanto es que la amo, no solo no quería hacerme daño. No quería destruirme. Al no sentir que ella me merecía, creyó que me destruiría en vano y simplemente buscaba la manera de irse.

Mía | Jeon Jungkook [ + 18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora