Narra Mateo
+ ¿Te acuerdas de mi?
Pregunto estupefacto. Cuando la conocí yo era un chiquillo en prácticas, y ella una cantante famosa. Nos presentaron con prisas en un pasillo. Ella iba a hacerse unas fotos y yo ayudar en una campaña que nada tenía que ver con la niña tímida que me tendía la mano amable. Sus ojos color chocolate y la mezcla de su decisión y timidez me hicieron soñarla durante años, pero jamás volvimos a cruzarnos. Luego vinieron trabajos, viajes, y mujeres esporádicas que me hicieron olvidar a aquel chaval enamorado de una artista que apenas había conocido.
• ¿Os conocéis?
Sebastián parece tan sorprendido como nosotros.
+ Si.
- No.
Respondemos al unísono, y siento como la desilusión me invade. ¿Por qué sabe mi nombre si dice no conocerme?
- Sí.
Se corrige dándome la razón al ver la cara de confusión de mi cliente, sin saber explicar nuestro desacuerdo.
+ En una campaña hace muchos años.
Explico sacándola del apuro. Por aquella época yo apenas era un aprendiz, hoy agradezco tener mi propia compañía de marketing. Llevaré la nueva colección de los Ortega.
- Eso.
Me da la razón, agradeciéndome con un gesto sutil.
+ ¿Te has hecho daño?
Me preocupo al ver la taza rota y el bajo de sus piernas manchados de café y enrojecidas.
- Quema un poco.
Susurra tímida. Ya no es una niña. Se ha convertido en toda una mujer, extremadamente guapa, su pelo ya no es rubio, pero sus ojos chocolate y la timidez que esconde me producen la misma ternura que hace casi diez años.
• Ve a limpiarte, ya le pediré yo al personal que venga a ocuparse de este desastre.
Me llama la atención la forma que tiene Sebastián de tratarla. Por las pintas de recién levantada de Malú juraría que son pareja, pero la frialdad con que se miran y se hablan me hace dudar. ¿Qué haces aquí, inquilina de mis sueños?
- Si. Voy a ducharme.
Anuncia cortada.
- Siento haberos interrumpido.
+ Que va, yo ya me iba.
Advierto despidiéndome de Sebastián y soltando cuidadosamente mi tarjeta de presentación para que ella pueda cogerla sin que mi cliente se percate. No me falles, Malú.
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Todos los secretos (Segunda parte)
RomantikUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar