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Ane's POV

Me río cuando nos miramos frente al espejo: Robin enfundado en su traje y en cambio yo con unos vaqueros campana, su camiseta de la selección, unas zapatillas y un bolso simple.

-Hemos cambiado rols y ahora soy yo la spice girl deportista.- comento riéndome y él me sigue.

-Pero siempre serás la más guapa de los dos.- dice y niego.

-¿Tú has visto cómo te queda ese traje? Es que me cabreas, tío.

Mi novio se ríe y me abraza mientras yo me dejo hacer. Minutos después, abandona la habitación y yo me quedo terminando de maquillarme antes de irme con Ainhoa y los que se nos vayan uniendo a la celebración. Hemos visto que ya hay gente por Cibeles pero hemos decidido que hace demasiado calor aún, así que iremos antes a tomar algo por la Castellana. Sí, somos incapaces de perdernos la fiesta, lo admitimos.

-Ay, gordi, esto me recuerda tanto a nuestras previas por Alemania.- dice Ainhoa agarrandose a mi brazo mientras caminamos por la Castellana.

Hemos venido con las esposas de Merino, Cucurella y Laporte que son las únicas que han querido acompañarnos. Nuestras propias familias han dicho que vendrían después directamente, que había que dormir. No comparto esa necesidad por dormir que tiene la gente, yo tengo las emociones por las nubes como para pararme a pensar en descansar. Guardad esto para cuando me venga el bajón.
Nos dedicamos a beber cerveza a la sombra rodeadas de aficionados mientras por la tele del bar seguimos en directo el recorrido del equipo por la Casa Real y la Moncloa. ¿Se os ocurre algo más español que este plan? A mi no.
Cuando por fin vemos que se van acercando a Cibeles, nos dirigimos a la zona acotada para familiares que tenemos al lado del escenario que han montado para la ocasión. Nos cuesta llegar porque os digo que esto está petado pero, finalmente, logro divisar a mi familia y la de Ainhoa que están justo al lado.
Saludo a los míos y voy corriendo a abrazar al hermano de Ainhoa, que se ha convertido en un hermano para mi también estos días en Alemania.

-No sabes lo bien que lo hemos pasado, te tendrías que haber venido, Jon. ¿De qué te ha servido descansar?- le digo zarandeando sus hombros.

-Para que esta noche cuando tú te quieras morir, yo esté muy arriba.- me contesta orgulloso y niego.

Cae la noche y por fin aparece el dj que empieza a amenizar la fiesta. Aunque he de deciros que no necesitamos mucho nosotros. De hecho podría deciros que hay casi más ambiente entre los familiares que entre los aficionados. Somos un caso, pero hemos creado un muy buen grupo.

Tras una larga espera, Morata comienza a presentar uno a uno a los jugadores por orden de dorsales. Tras David Raya y Dani Carvajal, es el turno de mi novio.

-Miedo me da la canción que haya elegido.- digo en el oído de mi cuñada y ambas reímos de acuerdo.

Suena Waving Flag y sonrío. Mi pobre solo quiere demostrar que es un español más, porque no ha escuchado esa canción en casa desde que le conozco. Sale y se abraza con Álvaro y a mí se me cae la baba si os soy sincera. Está guapísimo, lo bien que le sienta esa camiseta blanca no puede ser ni legal. Agradezco que se haya quitado el traje porque sino quizá habría tenido que saltar al escenario a comérmelo a besos. Cuando coge el micrófono para decir unas palabras me sorprendo, pero en el momento que le escucho se me derrite el corazón: es súper tímido en público para lo suelto que es conmigo.
Paso literalmente toda la celebración pendiente de él porque os juro que sonará típico pero es que no puedo despegar mi mirada de él, es como si tuviéramos un imán que nos une.
Sale Remi y suena Paquito el Chocolatero. Miro a Ainhoa riéndome y ella se encoge de hombros, ya nada sorprende a mi pobre amiga. Me fijo y su mirada es la misma que supongo que será la mía, y tenemos mucha suerte porque sé que ellos nos miran igual a nosotras.

-Increíble que haya hecho bailar Paquito el Chocolatero a mi novio. En cuanto le vea le doy la mano. Chapó.- le digo a mi amiga mientras veo a mi novio bailar con la canción elegida por Alex.

La celebración continúa y creo que no puedo estar más cansada de bailar y saltar. ¿Lo peor? Que mi cuerpo sigue pidiendo fiesta. Como el hotel está al lado, Ainhoa y yo vamos a pasar a cambiarnos antes de ir a la discoteca donde se ha organizado el post celebración ya que los jugadores van directamente.

Que vamos a llegar las últimas a la discoteca es algo que ya hemos asumido, pero necesitábamos comer algo o nos desmayaríamos. Además nos hemos esmerado en ponernos bastante guapas, la verdad sea dicha. Por fin nos deja el taxi en la puerta de la discoteca y menos mal que Jon viene con nosotras porque yo me siento súper fuera de lugar. No sabéis la de gente que hay intentando entrar a la discoteca, me da hasta reparo entrar de una directa al reservado.
Miro a mi alrededor mientras andamos saludando a aquellos que conocemos y veo que hay bastante gente desconocida. Sobre todo chicas. Chicas muy guapas. Cómo no.

-Hola, amore.- me saluda Robin pasando sus manos por mi cintura y dejando un pico en mis labios.

-Hola, guapo.- respondo y vuelvo a mirar a mi alrededor.- ¿Cuántas tías te han entrado ya en mi ausencia? No me pienso separar de ti.- bromeo, evidentemente.

-Pf, un montón. Menos mal que ya está aquí mi tóxica oficial.- responde y le pego en el pecho riéndome.- Te echaba mucho de menos. No paraba de mirar a la puerta a ver si entrabas, parezco un perrito abandonado.- hace un puchero y vuelvo a besarle.

-Me estaba poniendo guapa, bebé.

-Pues enhorabuena, si lo que querías era ser la más guapa de la discoteca, una vez más lo has conseguido.

-Eres más tonto... Aquí hay verdaderos pibones. Tú ni las mires.- le tapo los ojos y suelta una carcajada.

-Estoy tan enamorado de ti que no las vería ni aunque se me pusieran por delante.

Cuando te vi - Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora