Nota de Autor: tenía muchas ganas de escribir este capítulo y tengo aún más ganas de escribir el siguiente >:D
Espero que os guste! Este capítulo es duro, pero espero haber combinado bien el fluff con el drama.
TW: mención de muerte (Haruna y Kogure), mención de acoso e insinuación de abuso en el pasado.**
Unas densas nubes amenazantes encapotaban el cielo y agrisaban el índigo de la noche ocultando las estrellas y la luna. Los conos de luz amarillenta de las farolas se extendían por las calles y apenas llegaban a iluminar aquel parque de juego en el que una solitaria figura se mezclaba con las sombras mientras se balanceaba lúgubremente en uno de los dos columpios.Hacía mucho frío y el aliento se condensaba alrededor de las bocas de los temerarios que habían abandonado el resguardo de sus hogares a una hora ya tardía. La humedad del aire no hacía sino empeorar la pobre conservación de calor de los pocos viandantes, introduciéndose entre sus ropas con desagradables dedos glaciares.
Pero a aquel hombre sentado en el columpio que dejaba que la inercia lo moviera mientras arrastraba los pies por el suelo de gravilla no le importaba que apenas sintiera estos. Su piel sufría el aguijoneo constante de aquel comienzo de febrero, y eso significaba que estaba vivo. Y en aquel momento necesitaba aferrarse a algo aunque fuera al dolor.
Sentía un profundo vacío en medio de su pecho y una gran desesperanza que le robaba la alegría y la esperanza que había aparecido en su vida como una estrella. Tan lenta y dulcemente que había aceptado su presencia antes de poder poner las alarmas necesarias para evitarlo.
Y sin embargo en aquel momento ni siquiera eso podía mantenerlo a flote en su mar de desolación, no en la víspera de un día tan doloroso, su propio cumpleaños. Al día siguiente cumpliría 30 y lo haría sin él a su lado y eso lo rompía de una forma que no podía expresar y grangrenaba su ya destrozado corazón. Por esa razón no había vuelto a su casa tras acabar el trabajo de aquel día, no podía volver, no aquella noche.
Porque su casa era una cárcel de recuerdos agridulces de la que necesitaba escapar. Tantas memorias a su lado, tantas conversaciones y tantos planes, tantas tardes de ocio y tantas tardes de estudio, tantas risas y tantas lágrimas.
Una lágrima surgió de sus ojos verdes y se congeló antes de llegar a la mejilla. Él ahogó un sollozo.
Una parte de él quería desaparecer, quería cerrar los ojos y aparecer a su lado allá donde él estuviera. Pero otra parte, aun si asfixiada en aquel momento por la miseria, empezaba a cobrar cada vez más fuerza como una chispa que se hubiera transformado en un gran fuego, deseando vivir y seguir contemplando la brillante luz que surgía ante él.
Una niña pequeña de cabello azul oscuro y grandes ojos naranjas se detuvo repentinamente en la calle que pasaba al lado del parque y le dio un tirón de la mano al adulto que la sujetaba. Él también se detuvo y miró a la niña antes de dirigir sus ojos rojos hacia el lugar que ella señalaba.
"Yuuto, hay alguien ahí." Él frunció las cejas mirando la sombra que se columpiaba a diez metros de ellos. "¿Es alguien que no tiene casa? Hoy hace mucho frío para estar fuera, ¿podemos darle unas galletas de las que hemos comprado?"
Kidou agarró más fuerte la mano de la niña, ambas manos cubiertas por unos guantes peludos y abrigados, tirando de la niña para que volvieran a caminar, pues un hombre solo en un parque a aquellas horas de la noche era algo bastante sospechoso. Ciertamente podía ser alguien completamente inocente; pero también podía ser un asesino psicópata que estuviera planeando su próximo homicidio como en aquella película que Genda le había hecho ver online con él recientemente.
Antes de empezar a andar de nuevo sus cejas se elevaron en su rostro cuando sus ojos finalmente pudieron descubrir el rostro en la penumbra difuminado en las sombras y la distancia. "¿Pero qué...? ¿Qué hace Fudou aquí a estas horas?"
ESTÁS LEYENDO
La rana en el pozo no sabe nada del mar
ФанфикKidou Yuuto decide mudarse con su hija adoptada Kidou Kaeru desde Tokio a Ozu después de que una dolorosa tragedia golpee sus vidas. Ahí conocerán a Fudou Akio, un vecino que también arrastra una pesada carga en su corazón.