Draco Malfoy
Salí del aula de Pociones con un torbellino de pensamientos en la cabeza. La tensión entre Hayden y yo se había vuelto insoportable. Había algo en sus ojos, un fuego que no podía ignorar. Me sentía atrapado en una lucha entre mi orgullo y esa atracción innegable que me obligaba a acercarme más a él.
—¿Qué te pasa? —me preguntó Pansy, interrumpiendo mis pensamientos mientras caminábamos hacia el Gran Comedor. Su mirada estaba llena de curiosidad.
—Nada —respondí con brusquedad, intentando desviar la conversación. No podía permitir que nadie supiera lo que había pasado con Hayden, especialmente ella.
Pansy me observó con desconfianza. Sabía que no era el mismo Draco de siempre, pero no tenía idea de la magnitud de la tormenta que se desataba dentro de mí. El beso con Hayden había sido un desafío, pero ahora estaba lejos de ser solo eso. Había algo más en juego, algo que me obligaba a cuestionar mis propias creencias y sentimientos.
La idea de que un “sangre sucia” como él me afectara tanto era frustrante. Siempre había mantenido una distancia segura de los Hufflepuff, de los que eran diferentes. Y sin embargo, aquí estaba, incapaz de sacarlo de mi mente. Era el tipo de debilidad que nunca habría aceptado antes, algo que me llenaba de ira y confusión.
Cuando llegamos al Gran Comedor, la bulliciosa multitud me saludó con un estruendo de risas y charlas. Pero mis pensamientos seguían volviendo a la conversación que había tenido con Hayden. Su mirada desafiante, su voz llena de emoción, todo lo que había dicho resonaba en mi cabeza.
—¿Draco? —La voz de Blaise me sacó de mi trance.
—¿Qué? —le respondí, más brusco de lo que pretendía.
—Te has perdido en tus pensamientos otra vez. ¿Sigues con la historia de la sangre sucia? —dijo, y su tono burlón me irritó.
—No es eso —me defendí—. Solo estaba pensando en algo… en una… conversación.
Blaise arqueó una ceja. —¿Una conversación? ¿Con Hayden Bennett? —su sonrisa era casi insoportable.
Mi estómago se retorció al escuchar el nombre. Era increíble cómo había pasado de ser alguien a quien despreciaba a una constante en mi mente. La rabia me llenaba, pero también había un rayo de excitación. Sabía que no debería sentirme así, que debía mantener mi distancia, pero cada vez que pensaba en él, sentía una mezcla de frustración y deseo.
—Lo que sea —dije con desdén, intentando mantener la fachada de indiferencia. Pero mis amigos sabían que había algo más. Pansy y Blaise se intercambiaron miradas de complicidad, y eso solo aumentó mi irritación.
La comida avanzó lentamente, y aunque intenté concentrarme en lo que tenía en el plato, no podía evitarlo. Cada vez que levantaba la vista, buscaba a Hayden entre la multitud de Hufflepuff. Y cuando finalmente lo vi, riendo con sus amigos, un nudo se formó en mi estómago.
No podía soportarlo. El hecho de que él se viera tan feliz, tan despreocupado, me provocaba una mezcla de celos y desdén. ¿Por qué tenía que ser tan… él? Atractivo y frustrante a partes iguales. La imagen del beso regresó a mi mente, y no pude evitar recordar la sensación de sus labios contra los míos.
Después de lo que pareció una eternidad, la comida terminó. Sabía que tenía que encontrar a Hayden y enfrentar la situación. No podía dejar que esta tensión permaneciera entre nosotros, incluso si eso significaba que tendríamos una pelea más.
Salí del Gran Comedor decidido a encontrarlo, pero en cuanto salí, me encontré con una sonrisa burlona. Harry Potter. ¿Por qué tenía que aparecer justo en este momento?
—¿Buscando a alguien, Malfoy? —preguntó, con esa actitud arrogante que siempre me había molestado.
—No te importa —respondí secamente, intentando no dejar que me afectara. Tenía que mantener la calma, pero la rabia me llenaba.
—Oh, pero creo que sí. Tu amigo Bennett parece tener una conexión especial contigo. —La sonrisa de Harry se amplió, y podía sentir que se estaba divirtiendo a mi costa.
—¿Qué sabes tú de él? —le repliqué, mi voz helada.
—Solo que han estado cerca últimamente —dijo, y me sentí como si me estuviera atravesando un rayo.
No podía dejar que me presionara, no podía mostrar debilidad. Pero algo en su tono me hizo sentir más que frustración. Harry estaba jugando con el fuego, y sabía que si dejaba que siguiera, podría acabar quemándome.
Decidido, seguí buscando a Hayden. Cada paso era una batalla, y cuando finalmente lo vi de pie en un rincón del pasillo, supe que tenía que confrontarlo. Su expresión era seria, y al mismo tiempo, podía ver una chispa de desafío en sus ojos.
—Bennett —dije, intentando sonar seguro.
—¿Qué quieres, Malfoy? —respondió, y su voz tenía una firmeza que me sorprendió.
La tensión entre nosotros era palpable, y no sabía por dónde empezar. Pero lo que sí sabía era que necesitaba aclarar las cosas.
—No podemos seguir ignorando lo que pasó —dije, sintiendo que cada palabra se hacía más difícil de pronunciar.
—¿Y qué quieres que hagamos? —me retó, y la chispa en sus ojos se avivó.
—Quiero que dejemos claro lo que somos. No podemos seguir así, como enemigos, cuando hay algo más.
—¿Algo más? —repitió, y pude ver cómo la incredulidad se dibujaba en su rostro.
—No estoy diciendo que esto sea fácil. Pero no puedo seguir sintiendo esto y pretender que no importa —dije, dejando al descubierto mi vulnerabilidad.
La mirada de Hayden se suavizó un poco, pero aún había desconfianza. —¿Y qué pasa si no quiero ser parte de tus juegos, Draco?
Su pregunta me golpeó como una bofetada. Pero la verdad era que había algo en su mirada que me decía que había más de lo que estaba dispuesto a admitir.
—No son juegos. —Dije con firmeza—. Esto es real. Y creo que tú lo sabes.
El silencio se hizo pesado entre nosotros. Había tanto que no podía decir, tantas emociones que aún no entendía. Pero sabía que no podía dar marcha atrás. La lucha entre el odio y la atracción seguía, y no podía dejar que ganara el odio.
—Tú decides —le dije finalmente, sintiendo el peso de mis palabras.
Y con eso, me di la vuelta y me alejé, sintiendo que, por primera vez, había dado un paso hacia lo desconocido. Sabía que la batalla aún no había terminado, pero al menos había abierto la puerta a la posibilidad de algo más entre nosotros. Algo que cambiaría nuestras vidas para siempre.
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𝑬𝒍 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒐𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 || 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐×𝑯𝒂𝒚𝒅𝒆𝒏
FanfictionEn los pasillos de Hogwarts, las diferencias entre las casas Slytherin y Hufflepuff nunca han sido más evidentes. Draco Malfoy, orgulloso y astuto, siempre ha mirado con desdén a los estudiantes de Hufflepuff, considerándolos demasiado simples y bon...