Con la respiración agitada, Isabel buscaba a Peter con la mirada sin resultados hasta que escuchó un golpe muy fuerte y un temblor del suelo, como si algo muy enorme hubiera caído. Corrió hacia unos edificios abandonados y antiguos que estaban a punto de ser destruidos por cuestiones de seguridad. Cuando llegó a aquel callejón oscuro, ahí estaba él caminando a duras penas, con múltiples partes de su traje abierto y acompañado de heridas; su cuerpo parecía haber sido el testigo más fiel del desafío que había enfrentado.
Detrás de el está al parecer un villano con el cual había hechos trizas al parecer y no pudo evitar decir lo siguiente.
—¿Ese cuerno se me hace muy... conocido? Es de rinoceronte. ¿Quién lo diría? Los villanos cada día son más creativos, ¿no?
Decidido, se acercó a él, que parecía a punto de caerse en cualquier momento. Corrió con la cabeza sonando como una alarma de "salte de ahí". El hombre se dejó caer en sus brazos como si fuera una tela delicada, y lo cargó fuera de allí, lejos de la mirada de todos.
—¿Por qué te debes meter en tantos problemas, chico? Y así insistente en salir conmigo... qué gusto el de los jóvenes de ahora de enamorarse de alguien mayor que ellos.
—Hasta agitada y... en aprietos... te ves increíble, agente Isabel —respondió, sintiendo cómo las palabras se escapaban de su boca sin pensar.
Isabel sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar la voz de Peter, a pesar de la situación crítica en la que se encontraban. Su mirada, llena de preocupación y admiración, se encontró con la de él, y durante un breve instante, el caos que los rodeaba pareció desvanecerse.
—¿Te sientes bien?— preguntó, tratando de mantener la calma mientras lo sostenía.
—Solo... un poco cansado— respondió él, intentando sonreír, pero el dolor era evidente en su rostro.
Mientras avanzaban por el callejón, el sonido de sirenas comenzó a acercarse, y la tensión en el aire se volvió palpable. Isabel sabía que no podían quedarse ahí mucho tiempo.
—¿Qué pasó con el villano?— inquirió, recordando la figura oscura que había visto antes.
—No te preocupes por eso ahora— dijo Peter, su voz un susurro entrecortado. —Lo importante es que estamos a salvo.
Pero Isabel no podía deshacerse de la inquietud que la consumía. ¿Quién era realmente ese villano? ¿Qué había pasado en esa batalla que había dejado a Peter así? Y, lo más importante, ¿por qué ella se sentía tan conectada con él en un momento como este?
En lo que se alejaban, un eco de risas burlonas resonó en su mente, y la sombra del villano se cernía sobre ellos, como una amenaza latente. Isabel se preguntó si realmente habían escapado del peligro o si solo estaban prolongando lo inevitable.
—¿Qué harás ahora, Peter?— preguntó, mirando al horizonte, donde las luces de la ciudad parpadeaban con una vida ajena a su angustia.
—No lo sé, pero tengo que seguir luchando— respondió él, con determinación, aunque el cansancio pesaba en su voz.
Con el corazón acelerado y una sensación de incertidumbre, Isabel se dio cuenta de que esta era solo la calma antes de la tormenta. ¿Qué nuevos desafíos les esperaban y mientras la cargaba, no podía evitar preguntarse cómo había terminado involucrado con la gran Hombre Araña que la ciudad entera amaba. La adrenalina corría por sus venas, y en ese momento.
Las preguntas se arremolinaban cada vez más en su mente como ecos: ¿Estaban realmente listos para lo que vendría? ¿Podrían sus corazones soportar la verdad oculta detrás de la máscara? La noche apenas comenzaba, y las sombras aún guardaban secretos que estaban a punto de revelarse.
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Telarañas y balas
FanfictionUn joven, cargando la responsabilidad de ser el increíble Hombre Araña, se ve envuelto en un conflicto emocional al enamorarse de una mujer mayor. Su amor se convierte en una fuente de vulnerabilidad, ya que cada misión lo expone a peligros inminent...