Rosie

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"Saga: buscando un nuevo hogar. Parte final."

El pequeño diablillo camino sin rumbo alguno por el infierno, causando caos y destrucción a su paso. Su sola presencia causaba estragos en las mentes de los demás demonios que se alejaban como si el gato fuera la misma peste en persona, pero los pocos idiotas que se atrevieron a acercarse tuvieron un destino diferente, siendo descuartizados y dejados tirados como decoración en las calles del lugar.

En algún momento el pequeño felino se encontró rodeado de un grupo de pecadores más grandes quienes pensaron que su tamaño sería una presa fácil. Pobres. Si ni siquiera Lucifer fue capaz de enfrentarse al gato, ellos mucho menos lo harían.

Uno a uno fueron cayendo bajo los golpes de las patitas del felino, dejando al final solo una masa roja en el suelo que antes solía ser un grupo grande de personas. El gatito se tomó tiempo para relajarse y empezar a limpiarse la sangre que había quedado impregnada en su piel. Sin embargo, justo en ese momento el felino tuvo que ponerse en guardia cuando escuchó unos aplausos provenientes desde su espalda.

— ¡Bravo, bravo! Eso fue un espectáculo encantador. — Bramaba una mujer de vestimenta elegante y ojos completamente negros.

Instintivamente el gato se puso en pose de ataque, asustando por el gran poder que provenía de la mujer y por el hecho de que en ningún momento había sentido su presencia.

— Oh, no te asustes, minino. No te haré daño, yo no soy como los salvajes a los que acabas de matar. — Ella menciona cuando ve la actitud hostil de la criatura. — Mi nombre es Rosie, pequeñito. ¿Quién eres tú? ¿Acaso te perdiste?

Rosie se acerca lentamente a la criatura y le tiende su mano, el gato la analiza unos segundos y luego la huele solo para confirmar si se trataba realmente de alguien hostil o no. Cuando efectivamente concluye que ella no era una amenaza, el felino se permite estar más relajado y dejar que la agradable mujer le hiciera mimos detrás de la orejas.

— Jajaja, que adorable eres.

Rosie toma a la criatura en sus brazos y la alza hacia el cielo.

— Sabes, te pareces mucho a un amigo mio... — Ella menciona, cambiando de posición al felino para abrazarlo. — Se llama Alastor, es casi igualito a ti pero más alto y menos encantador. — Se ríe, para luego poner una expresión algo triste. — Pero ha estado desaparecido estos días y yo... estoy muy preocupada.

Rosie camina con expresión triste, el gato lo nota y de inmediato se acurruca contra ella para empezar a ronronear y darle ánimos.

— ¿Tratas de consolarme? Que tierno eres. — Rosie dice, un poco más animada. — Oye, si no tienes un dueño, ¿te gustaría quedarte conmigo? — Ella propone, a lo que el gato asiente con entusiasmo. — Bien, ¡Al barrio caníbal!

El camino al barrio caníbal fue bastante rápido. En menos de treinta minutos ya estaban dentro de los dominios del barrio y en la casa de Rosie.

La mujer se encargó de hacerle una cena espectacular a su invitado. Y ya para el final del día Rosie le dio la habitación de invitados quien durmió como un rey después de tanto sufrimiento por parte de los habitantes del hotel hazbin. Pero antes de que el felino se durmiera por completo, Rosie se sentó al lado de él y le colocó un collar con una placa de oro que sacó de la nada gracias a la magia de la literatura.

— Aquí tienes... Te llamaré 'Catalastor' en honor a mi gran amigo. — Ella declaró, para luego darle un beso de buenas noches en la frente al felino y dejarlo solo para que descansara.

Rosie abandona la habitación sin percatarse del extraño brillo verde que empezó a rodear el cuerpo del felino hasta que lo consumió por completo.

[Fin del capítulo]

Energía caótica || CatalastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora