Gran regreso

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El hotel hazbin estaba muy tranquilo ese día, eso es así hasta que unos golpes en la puerta llaman la atención de los presentes y en especial de Charlie quien corre emocionada a atender, pensando que era algún nuevo huésped para el hotel.

— ¡Hola! Bienvenido al Hotel Hazbin. — Charlie habla de manera emocionada, sin percatarse de quien era el que estaba ahí hasta que ella abrió los ojos.

— H-hola... — Alastor murmura, algo mareado y en mal estado.

— ¡Alastor! ¡¿Qué te pasó?! — Charlie exclama con preocupación, acercándose de inmediato para auxiliar a Alastor que parecía que se caería en cualquier momento.

— Wow, a nuestro señor ciervo lo hicieron mierda en alguna pelea, ¿O solo son mis ojos que me engañan? — Angel Dust se apresura a burlarse.

— N-no lo sé... Me desperté esta mañana a las afueras de la ciudad y no recuerdo absolutamente nada. — Alastor afirma.

— Está bien, está bien... Toma asiento en lo que busco algo para curarte. — Charlie habla mientras ayuda a Alastor a sentarse. — ¡Ya vuelvo!

Charlie desaparece por el pasillo en busca de suministros médicos, mientras los demás se quedan en la recepción con un medio consciente Alastor queriendo desmayarse nuevamente.

— ¿Qué hiciste esta vez, Alastor? — Vaggie interroga, sin creerse para nada el cuentito que él le había contado a Charlie.

— Esta vez realmente no lo sé. — Alastor murmura con una mueca de dolor. — Lo último que recuerdo es estar caminando por las calles y de repente estaba a las afueras de la ciudad con todo el cuerpo destruido. — Informa con sinceridad. — ¿Cuántas horas me fui?

— ¿Horas? ¡Has estado ausente durante dias! — Vaggie declara, para sorpresa del locutor.

— Una pregunta, ¿Qué carajos es esa cosa que tienes en el cuello? — Husk pregunta, aparentemente siendo el único que noto el dije brillante colgando del cuello de Alastor.

— ¿E-eh?

Alastor toca su cuello, dándose cuenta efectivamente de que tenía algo ahí. El rápidamente se lo quita, descubriendo un cuello de tela fina y una placa de oro con un nombre grabado ahí.

— ¿Catalastor? ¿Qué clase de broma pesada es ésta? — Murmura sin entender.

— ¡Ya he vuelto! — Charlie regresa, acompañada de Nifty quien se abalanzó sobre Alastor con un abrazo.

— ¡Rey cucaracha, estás de vuelta! — Ella exclama con alegría.

— Por desgracia, si. — Alastor murmura con dolor mientras palmea la cabeza de Nifty.

— ¡Rapido, Alastor! Bebe esto, te ayudará a sanar. — Charlie habla, pasándole una botella con un extraño líquido a Alastor.

El locutor bebe sin pensarlo la extraña pócima, de todas maneras no tenía fuerzas para oponerse y morir en ese momento no sería tan malo. Cuando termina toda la botella, empieza a sentirse mejor, incluso puede ponerse en una posición más recta mientras está sentado.

— Vaya, ya me siento mucho me... — Alastor se detiene a medio oración cuando repentinamente siente náuseas y empieza a hacer arcadas.

El locutor de radio tose y hace arcadas durante unos segundos hasta que finalmente escupe un patito de plastico amarillo a medio digerir, cosa que asquea en gran medida a los presentes.

— Agh, qué asqueroso.

A pesar de su bochornosa situación, Alastor se levanta con elegancia del suelo y se limpia los restos de saliva de su boca.

— Si alguno de ustedes dice algo sobre esto a alguien, me asegurare que ninguno viva. — Él dice, para luego irse caminando escaleras arriba.

Los presentes lo ven irse en silencio, luego se ven entre ellos y cada uno vuelve a sus deberes, dejando la tarea de limpiar a Nifty.

— ¿Este no es uno de los patitos del malvado supremo? — Nifty murmura mientras levanta el patito del piso, aunque no le da mucha importancia y simplemente mete el patito en una bolsa negra junto al resto de la basura.

[Fin]

Energía caótica || CatalastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora