Ambición pt 2

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Muchos decían que la prostituta no solo había logrado meterse en la cama del rey múltiples veces, sino que tn se metió en lo más profundo de Viserys hasta el hecho de hacerlo olvidar a la difunta reina Aemma. Otros decían que tn lo había hechizado con su belleza o alguna poción, pero se equivocan, ya que lo único que uso tn fue su inteligencia…
 
Les gustará o no, una mujer de la más baja clase, a lo que muchos llamarían una "puta", se había convertido en la nueva reina consorte, y le había dado el hijo varón al rey, el que tanto deseaba, un pequeño llamado Aemond. Cuatro años habían transcurrido desde aquel suceso.
 
Ese día tn estaba desayunando con su hijastra, la princesa Rhaenyra. Ambos nunca se habían soportado; solo lo hacían para aparentar delante del enfermo rey que para él su esposa e hija eran su todo.
 
—Escuche que la guerra de los peldaños de piedra ha terminado, padre; tal vez es hora que Daemon vuelva a casa —habló Rhaenyra, embarrando la mermelada a su pan tostado con una cuchilla.
 
—Tu tío cometió un gran error al burlarse de tu difunto hermano; deberías de saber que Daemon está mejor lejos de aquí —replicó tn impidiendo que Viserys hablara sobre el tema.
 
Rhaenyra miró a su padre como si buscara una respuesta de él; después de todo, Daemon era su sangre y era hora de regresar a Kingslanding después de estar lejos durante cuatro años peleando una guerra.
 
—Daemon prefirió jugar a la guerra, así que dejemos que lo haga hasta que él quiera —respondió el rey ante la mirada de instancia de su hija.
 
Rhaenyra soltó un suspiro a modo de frustración; sabía que Daemon se había ido molesto después de que su padre la nombrara como su sucesora, pero se sentía sola en la corte rodeada de nobles que querían su mano y otros que murmuraban a sus espaldas sobre que Aemond debía de ser el heredero de Viserys y no ella solo por ser hombre; simplemente la princesa necesitaba a su tío, la única persona que la comprendía.

 
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Habían pasado tres años desde que Daemon invadió los Peldaños de Piedra a lomos de su dragón, Caraxes. A pesar de que los hombres de Daemon y Corlys eran inferiores en número, habían hecho que muchos hombres de la triarquia murieran y que se escondieran como ratas cada vez que escuchaban el rugido de Caraxes o lo veían volar. La triarquia había aprendido a temerle al fuego de un dragón a pesar de que se creían indestructibles.
 
Pero la guerra causaba un agotamiento físico y emocional y algunos ya estaban cansados de dicho enfrentamiento; solo querían terminar con esto, pero ni el alimenta cangrejos o Daemon cederían hasta que uno de los dos terminara muerto.
 
—Si atacamos por el cielo una vez más, será más factible —propuso Laenor, mirando los ojos de su padre, esperando una negación o una aceptación.
 
—Son ratas escurridizas; debes de cazarlas como tal —contestó Daemon entrando a la tienda de campar cubierto de sangre, poniendo su espada en la mesa donde había una mesa.
 
—Tal vez si el príncipe le pidiera apoyo al rey podríamos acabar con esto fácilmente —sugerió Vaemond Velaryon, el hermano menor de la serpiente marina.
 
Era Daemon Targaryen jamás iría a suplicar ayuda ante alguien como si fuera un niño asustadizo que mojaba su cama, así que Daemon agarró "dark sister" y puso la punta afiliada en el cuello de Vaemond.
 
—Una palabra más y te arranco la garganta —amenazó el Targaryen.
 
—No podemos pelearnos entre nosotros, no cuando el enemigo está escondido —dijo Corlys quitando con su mano la punta de la espada del príncipe que amenazaba con clavarse en el cuello de su hermano menor.
 
Así fue como en el año 109 D.C. el príncipe canalla se presentó con una bandera blanca de "paz" frente a la triarquia. Muchos salieron de sus escondites al ver aquella bandera que simbolizaba la rendición. Sin embargo, justo ahí fue cuando los atacaron cientos de flechas y fuego arrojado del cielo por bruma, el dragón de Laenor Velaryon. Los hombres de la triarquia cayeron aquel día, al igual que el Craghas Drahar, mejor conocido como el alimenta cangrejos, que fue atravesado por Dark Sister y después su cuerpo fue arrojado a los cangrejos para que lo comieran.
 
Otros de los hombres de la triarquia que pudieron sobrevivir se arrodillaron frente a Daemon y lo nombraron como el rey de los Peldaños de Piedra y el Mar Angosto, y recibió su corona de Lord Corlys. 
 
Ahora que la guerra había terminado, el príncipe podía regresar a los brazos de aquella prostituta que siempre estuvo para él, pues era el rostro de tn al que Daemon se había aferrado durante la guerra.

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