No sé sabe cómo, pero Giyuu termino teniendo un bebé y ahora los pilares tienen que cuidarlo.
Todos los pilares estaban en la mansión Hashira, frente a un Giyuu el cual estaba cargando a un bebé.
Mitsuri se emociono al ver al pequeño bebé, siendo la primera que se le acercó.
— ¿Lo puedo cargar?
Le pregunto a Giyuu, con una gran sonrisa en el rostro y sin quitarle la vista a la pequeña nueva vida.
— ah, si...
Giyuu le extendió el pequeño a Mitsuri, la cual lo cargo con cuidado de no dejarlo caer.
— ¡¡Kya, es tan lindo!!
Expreso Mitsuri mientras cargaba al pequeño y le apretaba suavemente los cachetitos, con cuidado de no hacerle algún daño.
El pequeño bebé se rió al sentir las caricias de Mitsuri, moviendo su manita felizmente.
Shinobu fue la segunda que se acercó a ellos tres, con su típica sonrisa en el rostro, curiosa por el pequeñín.
— ara, ara, Tomioka, ¿Cómo se llama este pequeño?
Dijo mientras se acercaba al bebé que cargaba Mitsuri, observándolo con determinación.
— pensé en ponerle Shun...
— ¡¡Shun es un nombre muy lindo!!
Exclamó Mitsuri, encantada con la pequeña criatura.
Por otro lado, estaba Obanai, posicionado al lado de Sanemi, el azabache menor miraba a Mitsuri cargar al pequeño, con un recelo en sus ojos, pues, estaba cargando a un niño, y no era el suyo con ella, pero aún peor, el hijo del cara de rata.
Shinazugawa también estaba molesto, pero no por lo mismo, si no por qué ahora tenía que lidiar con un bebé, y aún peor, el hijo del cara de rata.
— ey, Tomioka.
El nombrado volteo a ver al de cabellos albinos en el momento que fue nombrado.
— ¿Y que paso con la madre de esa criatura? No creo que haya nacido solo.
Soltó junto a una burla. Giyuu por otra parte, solo se quedó viendolo en silencio antes de apartar la mirada de el o de algún otro miembro Hashira.
— Prefiero no hablar de eso.
Obanai soltó una burla baja y le murmuró a Sanemi.