El Fracasado de la clase de Élite (classroom of the elite fanfic) audio novela

Capitulo 3 - Hasta las Estrategias Más Cuidadosas Tienen Sus Fallas⬆️

Habían pasado algunos días desde el inicio del año escolar en la preparatoria de educación avanzada. Después del receso, Ren regresaba a su aula con una caminata algo lenta y torpe. El intenso entrenamiento casi diario con el club de fútbol aún le provocaba dolor en las piernas, aunque, curiosamente, una ligera caminata aliviaba algo el malestar. A pesar de este inconveniente, al que ya se estaba acostumbrando, una sonrisa se dibujaba en sus labios mientras sostenía en la mano un libro titulado, La muerte del caballero de plata. Era una novela de fantasía y misterio.

"Nunca me había gustado leer, y no sé si podré terminar siquiera un par de páginas. Sin embargo, por jiyori, haría cualquier cosa. Esto será útil para tener algo de qué hablar en nuestra próxima reunión." Pero detuvo esa línea de pensamiento, procediendo a decirse lo siguiente. "Aunque no lo hago solo por ella, es solo que necesito fortalecer nuestra relación antes de fin de mes."Ren, justificándose con estos pensamientos, miró el libro en su mano y una sonrisa feliz apareció en su rostro. Hablar con una chica y tener su atención lo motivaba, y pensarlo lo llenaba de felicidad. "No puedo creer lo bien que se siente hablar con una chica", pensó, mostrando una sonrisa tonta.

Al llegar al aula y abrir la puerta, Ren vio a todos sus compañeros. Inconscientemente, su mirada se dirigió hacia Ayanokolli, a quien solo observó por un momento antes de que alguien se interpusiera en su visión. Una persona inesperada se le acercó.

"Tsukishiro, ¿verdad? ¿Puedo llamarte Ren?" preguntó de manera animada y amigable. Ren, sorprendido, pero aun de buen humor, respondió por inercia.

"Eh, sí, no hay problema." dudó un poco, Pero antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, La persona continuó con actitud tímida y sugerente.

"¿Podrías darme tu número de contacto? Recuerdas que dije que quería hacerme amiga de todos. sabes, me encantaría ser tu amiga." Tomo su mano, Su tono era provocativo, haciendo resaltar sus atributos físicos que hicieron a Ren sonrojarse. Era Kushida Kikyó quien se encontraba frente a él.

Por la cercanía, Ren no pudo evitar sonrojarse. Kushida era bastante linda, y si tuviera el cabello largo, pensó que lo sería aún más.

"Cla-claro, Kushida. Para mí sería un honor", dijo nerviosamente, al ser tomado por sorpresa. Por dentro, se maldecía por ponerse nervioso. Kushida lo había atacado con la guardia baja, pero logró tranquilizarse. Ahora solo tenía ojos para Shina, y ese pensamiento calmó sus emociones.

Sintiéndose un poco lamentable por el comportamiento que había mostrado, Ren se regañó a sí mismo por dentro. Aunque esto no había sido del todo malo, después de todo, quería pasar como alguien inofensivo, y que esa reacción saliera natural fue beneficioso para él. ¿Qué mejor que una reacción real en lugar de algo fingido? Sobre todo, porque su interacción había captado la atención de todos en el aula. Intercambiaron información de contacto. Ren sacó su celular, y Al pegar los dos dispositivos, la transferencia de información fue inmediata. Además, esto era un acontecimiento que esperaba. Ren agradecía por dentro que fuera Kushida quien le dio su número. Con su comportamiento actual, probablemente lo habría arruinado, suponía. Pero ahora que lo había conseguido, sintió que había completado una misión sin siquiera hacer nada. Era como esos típicos logros que te dan en algunos juegos al iniciarlo. Después de todo, ella era uno de sus objetivos, y en esta situación había salido totalmente beneficiado.

"Muchas gracias, Ren. Si quieres hablar, o salir a algún lado, Puedes mandarme un mensaje en cualquier momento. Estaría encantada", dijo Kushida con una sonrisa tan radiante que podría hacer a cualquiera caer rendido. Y Ren no era la excepción. Su corazón se aceleró ante sus gestos, se sentía como un chico al que le había llegado su primavera que lo incitaba a florecer. Kushida se alejó animadamente, diciendo.

"bueno, Estaremos en contacto entonces, Ren". Él respondió al saludo con una sonrisa algo tonta. Pero, su gesto se torció un poco. Estaba seguro de que, si no hubiera conocido el trasfondo y todo lo que implicaba a Kushida, probablemente ahora habría caído rendido ante ella. Pero Ren no era ingenuo; sabía que ceder ante Kushida no le haría bien. si no fuera lo suficientemente astuto, podría haber pensado que Kushida estaba interesada en él. Mientras la observaba regresar a hablar con sus amigas, Ren intentó mantener sus instintos masculinos bajo control.

"Vamos, cálmate, Ren. Esa psicópata te hará sufrir. No crees una fantasía a su lado", se dijo a sí mismo mientras imaginaba una vida junto a ella. No sabía por que proyectaba una vida a su lado si apenas habían intercambiado un par de palabras. esto, lo hacía sentir patético.

Sin embargo, al sostener el libro que traía en sus manos, recordó a Shina. Todos los pensamientos que empezaban a surgir se detuvieron y fueron reemplazados por otros. Shina era una opción mucho mejor que Kushida; era lo que tenía en mente. Caminó hacia su asiento, notando que algunas miradas de sus compañeros aún seguían en él. Por lo que comentó internamente al notar quienes lo analizaban con la mirada.

Ike y Yamauchi parecen estar formando una amistad, a la cual se unirá Sudo después. En el futuro, Serán conocidos como el trío de idiotas. Ren se estremeció, por alguna razón, la imagen de estar en el grupo de esos 3 apareció en su mente. una imagen de ese posible futuro pasó por su cabeza como la visión aterradora de una muerte anunciada.

Eso, hiso que sacudirá su cabeza a modo de rechazo, diciéndose para si mismo como un consejo.

Mientras más lejos este de ellos, no me encasillaran a su nivel. Debo mantener mi estatus en el aula o, al menos, pasar desapercibido. Ya tengo suficientes problemas con mi nivel académico. Aunque, me pregunto, ¿qué clase de imagen tendrán los demás acerca de mí? Fue el pensamiento que pasó por su mente. Mientras enfocaba su mirada en quien podía considerar un amigo dentro del aula, quien justamente se sentaba frente a él.

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