Shinjuku.
La batalla final estaba cerca de terminar.
-Devuelveme a Fushiguro... Y perdonaré tu vida.
Las ultimas palabras de un simple adolescente que ahora mismo daba su máximo para poder derrotar al hechicero más poderoso de la historia... Ryomen Sukuna.
Ambos se sujetaron con fuerza, comenzando a golpearse sin parar hasta que uno cayera.
-¡No va a presionarme alguien como tú, mocoso! -Gritó con fuerza el rey de las maldiciones, sujetando los brazos del chico con sus manos inferiores, su rostro con las manos superiores hasta finalmente darle un poderoso cabezazo.
La cabeza de Yuuji fue hacia atrás, pero el chico apretó los dientes y pisó con fuerza, devolviendo el cabezazo y haciendo que Sukuna retroceda.
-¡Sukunaaa! -Gritó con furia el joven de cabellos rosas, arremetiendo contra el rey y logrando derribarlo, comenzando a dar una gran cantidad de puñetazos en su rostro.
El rey de las maldiciones usó sus brazos superiores para cubrirse de los golpes, y con los brazos inferiores golpeó las costillas de su antigua vasija, causando que el chico escupiera sangre, estaban rotas.
Sukuna logró quitárselo de encima de un puñetazo, levantándose rápido y dándole una fuerte patada en el estómago que lo llevó hacia el aire, y preparando un golpe doble con sus brazos izquierdos, el rey dio los puñetazos más fuertes que pudo con la energía que le quedaba.
Yuuji salió rodando por el suelo, apenas podía moverse luego de tal golpe, pero aún así, con toda su fuerza de voluntad pudo levantarse, respirando agitadamente.
-Mocoso... ¡Haz algo bien por una vez en tu vida y muere! -Gritó el mayor, arremetiendo contra Yuuji.
El chico se levantó tan rápido como pudo, sujetando los brazos superiores de Sukuna desde las muñecas, pero los brazos inferiores del rey lo levantaron del suelo al conectar con su abdomen.
Sukuna lo sujetó de los tobillos, azotándolo contra el suelo y lanzándolo hasta una pared, dejando a Itadori debajo de los escombros
El rey de las maldiciones no quería dar tregua, rápidamente comenzó a correr hacia Yuuji, pero antes de llegar un enorme bloque de concreto fue lanzado hacia él, bloque que rápidamente destrozó de un puñetazo.
Yuuji salió detrás de todas esas rocas, dándole un puñetazo en el rostro que el rey resistió, pero grande fue su sorpresa al sentir un impacto doble, ese maldito puño divergente.
Sukuna logró sostenerse, pero al bajar la vista vio a Itadori, esa mirada en sus ojos, la energía maldita que desprendía el puño del chico... Luces de color negro y rojo...
-¡No te saldrás con la tuya, mocoso! -Gritó el hechicero más fuerte, llevando su puño hacia atrás.
El puño de Sukuna también fue rodeado por dichas luces, y mientras que el puño de Yuuji conectó de lleno, atravesando por completo el pecho del rey... El puño de Sukuna chocó violentamente con el rostro de Yuuji.
El cuerpo de Fushiguro Megumi salió disparado, mientras que Sukuna había sido reducido a una enorme masa amorfa que trataba de recuperarlo sin éxito.
