Tallada por los dioses

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Cuando desperté, Margot no estaba a mi lado.

<< Menuda forma de empezar el día>> - pensé.

Di un brinco de la cama al suelo - con un humor de perros - , dispuesto a ir a buscar a Margot. Uf, mierda. Al parecer, había olvidado el pequeño "incidente" del día anterior. Emití un quejido, mientras hacía algo de presión en la zona baja del estómago. Me obligué retroceder ante mis pasos y volver a tumbarme en la cama. Esperé unos segundos hasta que el dolor se disipó, y entonces recordé que había olvidado desinfectarme esa zona anoche. Más bien, había olvidado pedirle a Margot que lo hiciera. Deslicé la camiseta del pijama sobre mi abdomen hasta dejar la zona herida al descubierto.


- Liam, ¿te has despertado? - escuché gritar a Margot, que venía desde el pasillo. - Oh, Dios. ¡Qué te ha pasado! - Dijo, preocupada al verme. Qué demonios. Preocupadísima.

- No es nada, Margot. Es que ayer olvidé pedirte que lo desinfectaras y parece que se ha inflamado un... -

- Voy a por el botiquín, espera.

- ... poco. - Sonreí, aunque no podía verme. - Está perfecta incluso recién levantada.


Margot no tardó demasiado en llegar con el botiquín (con demasiado me refiero a unos 10, quizás 20 segundos)

- No hace falta que exageres, no me duele tanto.

- Claro que no.

- ¿Qué quieres decir?

- A ti nunca te duele nada.

- Tienes razón. - Hice una pequeña pausa antes de seguir. - Excepto cuando me mientes.

- No digas tonterías. ¿Cuándo te he mentido yo? - Dijo distraída, mientras pasaba el trozo de algodón, (impregnado en un líquido cuyo nombre no supe identificar) delicadamente sobre la zona infectada. Podía ver su rostro de perfil y no pude evitar fijarme en la silueta de su nariz. Debía estar tallada por los dioses. Toda ella parecía estar tallada por los dioses, en realidad.

- Me mientes cada vez que me dices que no me quieres.

Las comisuras de sus labios se levantaron ligeramente, dejando ver unos hoyuelos perfectamente dibujados en su rostro. Sin darme tiempo a reaccionar, su boca se encontró con la mía, y algo dentro de mi explotó, aunque no sabría identificar que fue.

Una Nueva Vida En Las AfuerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora