24

67 7 0
                                    

Autora pov:

Habían pasado dos semanas, Yuki no había vuelto a saber nada de Suzuka y los demás, lo cual le extrañaba un poco. ¿No se suponía que su prima "favorita" lo invitaría a la casa un día de esos?; claramente estaban ocupadas o algo parecido, ya que ni Moa, la chica de sus fantasías y la que lo excitaba a sobremanera, tampoco le había dicho nada.

-¿Por qué no vienes a la piscina hermano? De momento dejemos en un 'stop' el plan- Seiko le dio una palmada en la espalda -Te estás obsesionando un poco-

-Se supone que nos encargaremos de ellas, no podemos dejar a un lado el plan- Yuki miró frustrado a su hermana -¿Siquiera te tomas esto en serio?-

-Me lo tomo en serio, pero no han dado señales de vida y tampoco podemos mandar gente a investigar- Seiko se puso las manos en las caderas -Ya sabes lo que pasó las veces que lo intentamos-

-Ni me lo recuerdes, maldito desgraciado- el joven bufó molesto.

La verdad era que habían pensado en enviar espías a Osaka para ver como se movía Kenzo y saber donde estaban alojadas las chicas, pero no tuvieron suerte en ningún intento de incursión a la prefectura ¿y por qué?; el primer grupo había aparecido asesinado y el auto quemado, el segundo fue enviado a prisión debido a que tenían antecedentes y llevaban droga encima, el tercero hacía días que desapareció y no tenían idea de lo que les había pasado.

-Se ve que tiene un buen control y manejo el amigo de la perra esa- la chica se sentó junto a su hermano -Así que no podremos hacer nada mientras ellas estén ahí-

-¿Y si las hiciéramos volver?- Yuki se llevó las manos a la cabeza, la verdad ya no se le ocurría nada, había subestimado a Suzuka y a Kenzo.

-Algo se nos ocurrirá pero ahora simplemente diviértete- Seiko volvió a darle en la espalda -Hay una chica que no para de mirarte-


Tenía razón, debía relajarse hoy, ya pensaría en un buen plan, ahora tocaba trabajar a la chica que se lo comía con los ojos.










Suzuka pov:

-Otra vez- dijo mi amigo acompañado del sonido de un cuerpo cayendo contra las colchonetas.

Estábamos en el gimnasio de su casa, los niños jugaban a la pelota mientras nosotras estábamos con él, aprendiendo más del combate cuerpo a cuerpo y perfeccionando ciertas cosas.

-Cinco minutos bonita- mi amigo se tiró un chorro de agua a la cara.

-¿Cómo quieres que te derribe si eres puto enorme y yo apenas mido metro y medio?- dijo Moa desde el suelo, respirando agitada y completamente roja.

Sin poder evitarlo sonreí, Moa se veía muy bonita y sexy así, sudada, agitada y en conjunto deportivo. Siempre se había ejercitado pero nunca había dado rendimiento al ejercicio de alto impacto, mi amigo era un as en eso y ahora nos rompía el culo.

-Tu altura debe ser una ventaja pequeña Moa- Kenzo sonrió divertido -Para haber soportado tantas cosas, haber dado a luz a mellizos y tener ese cuerpo estás algo oxidada-

-Teniendo en cuenta que eres enorme y grueso, ella por ser pequeña no tiene mucho margen de maniobra y acción amigo- me encogí de hombros -Eres mucho para Moa-

-No sé si me halagas o tu novia te dio lástima- mi amigo se puso la mano en el pecho -Pero buen vistazo-

-No siento las piernas- Moa se sentó, se masajeó los muslos y los glúteos.

-Ni conmigo te quejas así- le guiñé y la ayudé a levantarse -¿O debo entrenarte en hacer el amor? No cobro mucho-

-Cállate- me dio un golpecito en el pecho.

Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora