Capítulo 2

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«¿Dónde estoy?» es lo primero que piensa Brydon.

El chico se levanta y observa su entorno. Es rocoso, con vegetación no muy densa y hay algo de nieve. Lo último que recuerda es que lo llevaron a un cuarto donde le inyectaron alguna clase de sedante.

Empieza a temblar por el frío que está haciendo. Pese a que está a una gran altura, no alcanza a ver la ciudad, debe estar en alguna las montañas que rodean Seattle, o al menos eso espera.

No le dejaron nada, ni comida ni ropa más acogedora, nada. Estaba solo en medio de la nada, y no sabe cuanto podrá resistir así.

- Tiene que haber algo -susurra y puede ver su aliento en el aire frío.

Busca en la nieve a su alrededor, nada. Los bolsillos de su pantalón, nada. En su sudadera, nada. Tiene la sensación de que morirá congelado antes de morir de hambre.

«No puedo terminar así»

Brydon se pregunta qué sucedió con sus amigos. ¿Lo habrán logrado? Y de ser así, ¿lograrían encontrarlo a tiempo? Pero, ¿y si no lo lograron? ¿Qué habrá pasado con Dylan? ¿Y Thomas? ¿Y Shai? ¿Y Theo?... ¿Y Jo?

Lo invadían cientos de preguntas, de las cuales no tenía respuestas, y tal vez no lograra vivir lo suficiente para conseguir respuestas.

Aún tenía esperanza de encontrar algo.

- ¡No pueden haberme dejado así! -gritó.

Jacobsquen había hecho lo que estaba en sus manos para salvar a Dylan, tal y como se lo había prometido a Thomas. Empezó a recordar lo que había sucedido hace... no tiene una noción exacta de tiempo, pero parece que fueron unas horas.

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Llevaban aproximadamente una hora y media hablando a través de una vídeo llamada, optaron por ello ya que se tardaban mucho conversando; y por supuesto, Brydon tenía la precaución de encerrarse en su cuarto para que nadie se diera cuenta de que hablaba con Thomas.

- Ahora, -continuó Thomas- necesitamos un plan B en caso de que algo salga mal.

- Estoy de acuerdo.

- No creo que podamos tener una segunda opción en la que salga de ahí.

- Si algo llega a pasar... tampoco yo saldría muy beneficiado.

- Entonces hay que tratar de salvar al resto.

- Sin importar las consecuencias.

Ambos concordaron que era lo mejor, en caso de que algo saliera mal, a ellos dos no les iría bien; pero tienen la oportunidad de sacar a los otros.

- Pero no le diremos el plan B al resto, ¿de acuerdo?

- Sí, no permitirían que nos quedemos atrás.

- Exacto. Entonces empecemos con una manera de sacar a Dylan.

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Brydon quiere pensar que él fue el único afectado, porque en el remoto caso de que no lo hayan logrado, sólo Thomas sabe tantos secretos del DUP como Jacobsquen.

En seguida, vino a su cabeza el momento en el que todo comenzó a salir mal.

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Todo iba de acuerdo al plan, nadie parecía percatarse de lo que ocurría en Curdun Cay. Dylan estaba a unos metros de él, al parecer lo dejó pensando cuando le dijo que Thomas lo quería a salvo.

Entonces una ventana se desplegó en su pantalla, era una alerta de que lo habían detectado en el sistema.

«Mierda»

Le pidió a Dylan que le gritara como si estuviese enojado con él, la idea era que las cámaras -al no tener audio- lo captaran como si acabará de descubrir que es un traidor y lo mostrara fiel al DUP, así lo sacarían de apuros. En eso habían quedado él y Thomas, y Brydon le había prometido al rubio que Dylan estaría bien.

Lo arrastraron fuera de su oficina y lo llevaron a una habitación blanca, por más que forcejeaba no lograba liberarse. Luego, sacaron una jeringa con un líquido grisáceo de una cajita.

Le pidieron que se quedará quieto, aunque él no hizo caso, y le inyectaron aquel líquido extraño en el cuello. De inmediato sintió como su cuerpo dejaba de responderle, los guardias ya cargaban con todo su peso y la vista de Brydon de empezaba a oscurecer hasta quedar inconsciente.

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Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Hacía mucho tiempo que no lloraba, la última vez que lo hizo fue cuando le habló su madre para decirle que su padre había fallecido; pero eso no fue lo peor, había muerto por una enfermedad que contrajo y que le contagió a su madre, quien por lo tanto, moriría pronto también. Nunca volvió a verlos, su madre le había pedido que no fuera con ella, porque él merecía vivir y haría grandes cosas con su talento para la tecnología. Le prometió que sería feliz y así había sido.

Ahora, se encontraba congelándose, pero tenía la esperanza de que pronto amaneciera y lograra conseguir algo de calor.

Fue en ese momento cuando recordó que traía algo. Ayer le había prestado a Jo la sudadera que traía en ese momento y la chica había colocado su celular en el bolsillo que la sudadera tenía adentro.

Tu brillo me guiará [2a Temporada] (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora