love story

Capítulo 12

—¿Aceptarías ir a una cita conmigo este sábado?

Fueron las palabras que le dijo Yoongi el jueves por la tarde luego de salir de clases, fue repentino, el alfa tomó sus manos y le preguntó, obviamente no se negó, ahora se encontraba en un dilema por no saber qué ponerse.

—Me gusta ese pantalón, te hace un culote —opinó Taehyung dándole un mordisco a su tostada.

—No puedo creer que estés desayunando a esta hora.

—¿Qué tiene? Es temprano.

—Son las doce del mediodía, Taehyung.

—Si, como sea, no me desvies el tema.

—¿No me veo vulgar? Quiero decir, me gusta como me veo, pero tampoco quiero verme como si quisiese llamar la atención ¿Sabes? —preguntó inseguro mientras se miraba al espejo, se sentía bonito, pero no sabía si me gustaría al alfa.

—Si te te gusta póntelo, Yoongi no es de esos alfas cavernícolas que te reclamara por vestirte como quieras, es más, a puesto que cuando te vea hasta se le va a parar el...

—¡Entendí! No tienes que ser tan explícito —las mejillas del rubio adquirieron un color rosa.

—Ya, me callo mis comentarios —el omega castaño hizo el gesto de cerrar un cierre en su boca y botar la llave—. Te ves muy lindo, Minnie, a Yoongi le dará un patatus cuando te vea.

—Gracias, Tae.

—Para eso están los amigos ¿No? Para darse apoyo y chulearse el culo.

—¡Kim Taehyung!

...

Yoongi miró su reloj por quinta vez, aún faltaban diez minutos para su hora acordada, sintió un aroma muy familiar y volteó de inmediato viendo al omega rubio.

Mierda, ¿Él es nuestro omega?

El chico vestía unos pantalones de cuero negros, una camisa blanca con el estampado de gucci y unos zapatos con tacón, llevaba un sutil maquillaje, sus rechonchos labios tenían un perfecto lip combo y sus ojos tenían unos brillitos en los párpados, el omega desprendía sensualidad por donde lo vieras.

En ese momento Yoongi se remplateo si se había vestido de manera correcta.

Solo cargaba unos simples vaqueros, una camisa blanca algo ancha y sus converse negras, además de las distintas cadenas y anillos decorando sus manos y cuellos.

—¿Llegue tarde? —preguntó al llegar a su lado, pero el pelinegro no podía dejar mirarlo—. ¿Se me corrió el labial?

—No, no es eso, solo te ves más precioso que de costumbre, es todo —confesó intentando disimular su vergüenza—. ¿Preparado para nuestra cita? —le preguntó extendiendo su mano.

—Desde luego —tomó la mano del alfa y empezaron a caminar.

Primero fueron al restaurante favorito del omega donde pudieron charlar un poco más sobre su semana.

—El señor Kim parece que nos odia, un ensayo de diez hojas me parece muy exagerado —se quejó el omega con un puchero.

—Espera a llegar al último año —le dijo el alfa riéndose y miró el reloj en su muñeca—. Ya es hora de irnos al evento principal.

—¿Qué es? —preguntó ansioso el omega.

—Ya lo verás.

...