Intentó cerrar la puerta, pero ya era demasiado tarde. La otra morena la detuvo a mitad de camino con la mano y la abrió de un empujón, caminando tranquilamente hacia el centro de la habitación, haciendo resonar los tacones en el suelo.
Elena podía sentir el miedo inundando sus venas.
—Katherine —dijo, y se sintió un poco decepcionada por el temblor de su voz y se aclaró la garganta.
—Hola Elena —dijo la vampiresa mientras se daba la vuelta con una sonrisa burlona, antes de dirigirse al bar al costado del salón y servirse una bebida.
"¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó, sabiendo que había una buena posibilidad de que no se fuera pronto.
—Yo también podría preguntarte lo mismo —dijo con una sonrisa burlona. A veces, Elena se preguntaba cómo podían parecer tan diferentes cuando eran idénticas.
Metió la mano en su bolsillo trasero y sacó su teléfono mientras Katherine se preparaba un cóctel.
Elena se dio cuenta de que Katherine tenía una forma de hacer eso: invadía un espacio y hacía que pareciera que era suya. Era parte de lo que la hacía tan temible, la indiferencia casual, las acciones casi impulsivas, pero siempre racionales que tomaba. A pesar de lo similares que eran, era lo que la diferenciaba de Klaus. Él prefería la crueldad mientras que ella prefería su astucia.
—No tiene sentido, lo sabes —Elena se congeló, pero la atención de Katherine no estaba en ella—, nadie vendrá a salvarte.
"¿Necesito que me salven?", preguntó con cautela y con la voz ligeramente temblorosa.
—No, en realidad no. Así que ni siquiera intentes luchar. —Tragó saliva, sin soltar el teléfono, sino que lo sacó rápidamente.
—No voy a pelear contigo, Katherine. No soy estúpida.
—¿No lo eres? Quiero decir, ¿por qué otra razón estarías aquí con Klaus? Elena frunció el ceño ante las palabras, sorprendida, a Katherine no le importaba.
—¿Damon te envió? —Revisó los contactos y estaba a punto de hacer la llamada cuando le arrebataron el teléfono de las manos.
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Irresistible *TRADUCCION*
FanfictionAmbientada en la temporada 3/4, Elena siente una extraña atracción a su alrededor, casi como si fueran los dos extremos opuestos de un imán. Siente que cobra vida al ver a su peor enemigo, y lo odia. Se odia a sí misma por ello, porque no tiene ning...