Afuera diluviaba. Nike se agitó quitándose del pelaje la humedad del exterior. Mark también había quedado empapado del paseo. Le gustaba la lluvia, pocas veces podía presenciar una buena llovizna en Seúl, aunque tenía que reconocer que para pasear a un perro, lo mejor era un día soleado. A pesar de las nubes, Mark pudo notar que el sol ya se estaba escondiendo. El día anterior pudo pasear a Nike sin problemas. Se cocinó un plato de pasta delicioso que no dudó en servir también a Nike, y que comió gustoso. Después se sentó en el mullido sofá de Jackson, tomó su guitarra y su cuaderno, y así pasó la tarde.
Cuando Nike se levantó de su pequeña siesta a sus pies volvió a darle su paseo. Parecía que Nike quería correr, pero Mark iba tras él con paso lento, por lo que el animal tenía que detenerse continuamente para ver si su dueño de aquellos días iba tras él. Cuando cayó la noche Mark miró la cama de Jackson. Dudó varios segundos, aunque el rubio le había dado permiso, y se moría por dormir de nuevo en esa cama, no estaba seguro de si era lo correcto hacerlo. Por eso finalmente no lo hizo. Fue hasta la habitación de invitados y se tumbó allí. Tardó una hora en dormirse, le costaba demasiado conciliar el sueño en aquella casa. Demasiados pensamientos le cruzaban por la cabeza, recuerdos buenos y también malos.
A la mañana siguiente, Nike lo despertó para su paseo matutino. Mark lo sacó medio dormido, y en cuanto subió de nuevo al piso de Jackson se metió en la cama. Se repitió casi al completo el día anterior. Llamó a sus amigos, los cuales pensaban que había estado con Chris y luego con Yifei, ya que no verían con buenos ojos que el castaño se hubiera quedado en el piso del odioso Jackson Wang, prefería ahorrarse las reprimendas de Youngjae y Mingyu. Tanto Yifei como Chris lo cubrieron. Después de una charla con sus amigos y otra con Chris, se dejó caer en el sofá cansado. Chris, le había estado llenando la cabeza de mil pensamientos, como siempre hacía.
—¿No estás incómodo en el piso de tu ex?
Lo extraño, es que no se sentía así. Solo sentía cierta incomodidad al darse cuenta de que estaba tan a gusto en el piso de Jackson como cuando aún estaba con él. Pero él ya no podía sentir esa libertad con las cosas de Jackson.
—No me siento tan raro como debería estarlo. —se limitó a decir Mark tumbado en el sofá con Nike casi encima suyo.
—¿Has hurgado en sus cosas?
—¡Claro que no! —exclamó Mark.
—¿Qué? ¿Y a qué esperas?
—¡¿Eso es lo que harías tú?! —inquirió el castaño. —¡¿Ponerte a mirar sus cosas?!
—Oye que no es como si comenzaras a olisquear su ropa interior, solo es cotillear un poco sus cosas. —dijo Chris al otro lado del teléfono. —¿No sientes curiosidad por saber si aún guarda algún recuerdo tuyo? Ya sabes... fotografías, algún regalo...
Mark bajó la mirada, claro que se había preguntado si Jackson conservaba cosas de él. Mark agitó la cabeza.
—Estás comenzando a ser una mala influencia para mi... y eso que no podría estar peor influenciado. —contestó Mark.
Chris finalmente dejó el tema. Tras colgar, Mark sacó a Nike, iba tan inmerso en sus pensamientos que ni siquiera se fijó en las nubes que asomaban en el cielo. Así fue como lo pilló la lluvia. Una vez en el piso, Mark se miró la ropa empapada. Suspiró y comenzó a deslizársela. Metió la camiseta directamente en la secadora, seguida de su vaquero. Se agitó el pelo mientras caminaba hacia la habitación de invitados, donde tenía sus cosas. Allí estaba la ropa del día anterior, manchada de la pasta que comió. Llevó sus ojos al cielo desquiciado. Lanzó con rabia la camiseta al suelo. Su mirada fue hasta la habitación de Jackson. Podía usar algo de él, no tenía por qué enterarse, lo tendría limpio antes de que llegara al día siguiente.
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Sólo tres deseos - 爱 // Markson
FanfictionTercer libro de la trilogía. → Sólo tres deseos - 爱 Jackson ha terminado la universidad, y se prepara para que su vida de un giro de 180 grados, y pueda cumplir al fin su sueño de ser jugador de la NFL. Junto a él, Mark también está cumpliendo cad...