¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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Hace unos pocos días que Katsuki y yo nos volvimos novios, nada ha cambiado mucho desde entonces.
Me encuentro sentada en el living leyendo el manual para hacer buenos nudos que me dio Todoroki en navidad, acabamos de volver de clases.
La vibración de mi celular me sacó de mi lectura.
Era un mensaje de la agencia, decía que en dos días debíamos ir hasta la ciudad de Kyoto. Rápidamente me levanté y me acerqué a Todoroki.
---¿Viste el mensaje? Tendremos que ir lejos.--- el chico tomó su celular para leer.
---¿Eh? ¿Ustedes también?--- se nos acercó Iida.
---Vaya, qué coincidencia, nosotras también.--- se acercaron Uraraka y Asui.
A todos nos había tocado en grandes grupos, por diferentes zonas. Curiosamente, nuestra agencia tendría que ir a Kyoto. Una alarma se encendió en mi cabeza.
Me teletransporté a la habitación de Katsuki.
---¿Ya viste el mensaje?--- dije apenas aparecí, el chico estaba haciendo pesas.
---¿De qué hablas?--- detuvo su acción para tomar su celular y leyó el mensaje.
---Tendremos que ir hacia las montañas de Kyoto.--- le dije preocupada. ---Estoy segura que tiene que ver con lo que nos dijo Hawks.---
---Maldición.--- dijo con un poco de preocupación.
---¿Qué estará pasando?--- me senté en su cama.
---Tsk, sea lo que sea, lo destruiremos.--- a pesar de sus palabras, no me sentía para nada tranquila.
---Tengo un mal presentimiento, Katsuki.--- me llevé una mano a la cabeza.
---Lo resolveremos como siempre, ____.--- levantó los hombros frunciendo el ceño. ---No va a pasar nada.---
---Si tu lo dices.--- di un suspiro.
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Llegó el día designado, nos encontrábamos en un punto de reunión antes de ir a Kyoto. Burnin nos dijo que los héroes pro estaban en una reunión y que pronto saldrían.
Tal cual lo dijo, los héroes salieron de un edificio con determinación, eran muchos más de los que creí que serían.
---Mocosa.--- me giré al reconocer esa voz.
---¡MIRKO!--- dije emocionada. ---También estás aquí.--- me acerqué a ella. ---Oye, ¿Sabes por qué estamos aquí?--- ella empezó a reír.
---No puede ser que no les hayan dicho nada.--- soltó otra carcajada.
