「Capitulo 20」

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Capítulo veinte:   

❝ Emociones difíciles de controlar❞  

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El sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación, proyectando sombras suaves sobre el suelo.

Jisung abrió los ojos con un leve dolor de cabeza. Estaba casi desnudo, a excepción de la camisa de manga larga que cubría su cuerpo y le quedaba un poco grande.

Sus mejillas se ruborizaron ante el recuerdo de su madrugada. Pues, luego de escribirle a Minho, su lobo había vuelto a tomar el control y, si no mal recordaba, había sido él con quien había fantaseado hasta que, en el tercer orgasmo, había quedado dormido.

Oficialmente, no podría sacárselo de la cabeza luego de esto.

Se quedó observando los rayos de sol con un suspiro atrapado en la garganta, mientras llevaba la manga de la camisa a su nariz. Su rostro avergonzado por los recuerdos, sus mejillas calientes ante la nueva necesidad que había creado.

Se levantó con lentitud, sintiendo un leve mareo. Su cama estaba hecha un desastre, pues olía a excitación y anhelo.

Decidió tomar un baño para despejar su cabeza y terminar de despertar. Colocó con cuidado la camisa de Minho al lado de su bata de baño, ya que no quería que se mojara, sino, perdería el aroma del alfa.

Oler sus prendas era todo lo que podía hacer por ahora. Extrañaba su voz, su sonrisa, sus abrazos, la manera en la que le hacía sentir seguro y... querido. Eran una pareja falsa, esas demostraciones de afecto eran una simple rutina, pero Jisung las anhelaba en ese momento.

Al vestirse, se colocó la camisa de manga corta que Minho le había enviado, era la única que no había usado porque le quedaba grande, cosa que Jisung encontraba perfecto, tanto que la adoraba.

Abrió las ventanas y quitó las sábanas de su cama con un leve rubor en su rostro. Por lo menos haría eso, ya que no le permitirían lavarlas por sí mismo.

Después de ello, bajó a la cocina para desayunar. La casa estaba en completo silencio, sus padres estaban en el trabajo, Jooheon, en las practicas de su segunda carrera y Changbin, en la universidad. Jisung estaba solo, pero ya estaba acostumbrado a ello.

Intentando no hacer ningún ruido, para no alarmar a su nana, preparó una taza de café y unas tostadas, pues todavía eran las nueve de la mañana.

Cuando regresó a su habitación, su cama ya estaba hecha, cosa que regresó el rubor en sus mejillas, no había tardado ni diez minutos en ir y volver, lo que significaba que habían estado esperando a que saliera para poder ordenar su habitación. No había visto a nadie al bajar, ni al subir las escaleras, tampoco podría guiarse por su olfato ya que su madre solo contrataba betas para el servicio de la casa.

Aromas de Verano 「Minsung 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora