|POV Amber|
—Para estar recién casado estás muy tensionado—, alegas con una sonrisa burlona, para posteriormente tomar la foto que estaba sobre el escritorio de tu jefe, foto donde sale su querido esposo. Su trofeo y tesoro más preciado.
Deja de lado los papeles que tiene sobre su escritorio y te observa con desdén. No le gusta que tomes esa foto. Es su foto, de su esposo y debería seguir sobre su escritorio. Aborrece que toquen las cosas que le pertenecen y lo sabes, por supuesto que sí.
—Estamos bien—asegura,—terminara por aceptarme.
Porque sabes que tampoco le quedará otra opción. Porque el día que Cyrus Goodman pensó que podría hacer un trato justo con el mismísimo diablo se equivocó. Thelonious Kippen era lo peor que le podría haber pasado a aquel pobre infeliz y poco a poco lo iría descubiendo, lástima que fuera demasiado tarde ya como para hacer algo al respecto.
—¿Y si no? Sabes que siempre que él quiera puede dejarte.
Tu lengua sólo servía para soltar veneno, del más puro y letal.
Su obsesión por su ex compañero de secundaria había escalado a niveles tan inimaginables que ya te parecía un completo desconocido. Una persona realmente miserable y cruel. Tal parecía que había perdido por completo la cordura; a tal punto que él mismo se había encargado de llevar a su querido esposo al límite de la desesperación, para que no tuviera otra alternativa más que no fuera aceptarlo; su madre enferma, había sido la oportunidad perfecta para llegar a él y no dejarlo ir nunca.
Jamás habría una salvación para esa pobre mujer, que sólo le había servido de peón en su cruel juego, sólo se encargaría de mantenerla en la clínicas más exclusivas de la ciudad, cómo un vegetal, respirando sólo porque una máquina hacía el trabajo por ella. Nunca, jamás habría alguna mejoría puesto que a él no le convenía que así fuese, de otra forma Cyrus se iría de su lado.
La puerta de la oficina se abrió. Era un muchacho joven, físicamente parecido al esposo, de tu jefe, con un deseo por él, que ni con todo el dinero del mundo, podría despertar en el verdadero Cyrus.
Tu estimado jefe simplemente no podía ser más patético.
Y cuando el mucho comienza a practicarle una felación, tu queridísimo amigo, cierra los ojos e imagina que es su esposo, el que le da tal placer.
“Tan patético como miserable”, pensaste para tus adentros.
El ser humano si que era vulnerable.
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Dominación consensuada -Tyrus-
FanfictionPorque hay obsesiones que simplemente se llevan al límite y más allá, ¿Cierto?