Vivo, vivo en esta tumba de carne
Donde yace difuntomi corazón
Siembra de Malvarrosas en tono.
Un divino ángel llego a ella
Su presencia fulge el luto
En palabras de perdón
Ama de mi en mis pecados, ignorando el mal.
Su suave luz limpia de mi rastro de muerte.
Dichoso de Lázaro e indigno de sí.
Impropio de la desdicha tal presencia.
Más mi corazón otra vez se oscureció
Sin vida, sin luz.
En el responso de su seno
Quien ante mi hieratico rostro
Libro de pecado.
Solo un tacto de sus labios
De la enfermedad fulmino
A la muerte hizo rival.
Formando cantares de mirlos
Dando solemnidad al dolor
Más soy humano y no hijo de Dios.
Solo inmerecedor de lo puro
¿!por qué Dios me haces lejano!?
Solo una cuñeiforme vía nos separa
Es la vida de inmundo que tuvo perdón.
Más prefiero la muerte que al perdón
Por verla una vez más.
M.F
