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La sala de prácticas estaba en silencio, excepto por el suave zumbido del aire acondicionado y el leve eco de los pasos que resonaban en el suelo de madera.

Los demás ya se habían ido a casa, pero Youngjo se quedó atrás, frustrado por no poder dominar uno de los nuevos pasos que habían ensayado todo el día. El cansancio se reflejaba en sus movimientos y en la forma en que se pasaba la mano por el cabello, despeinándolo aún más.

Cada vez que repetía el movimiento, sentía que le faltaba algo, una fluidez que veía en los demás, especialmente en Woong.

Hwanwoong, que estaba a punto de irse, se detuvo en la puerta al ver a Youngjo insistiendo en un paso que ya deberían haber dejado atrás hacía rato.

Se quedó allí por un momento, observando a su hyung con una mezcla de admiración y preocupación.

Finalmente, se acercó y dijo suavemente:

-Hyung, ¿por qué no descansas un poco? Te estás esforzando demasiado.

Youngjo se detuvo y se giró para verlo. Había una leve sonrisa en su rostro, esa misma que siempre hacía que su corazón latiera un poco más rápido.

-Estoy bien. Solo necesito un par de intentos más y lo tendré.-Contestó, fingiendo despreocupación.

Hwanwoong suspiró, cruzando los brazos mientras lo miraba con una mezcla de desaprobación y ternura.

-No tiene sentido seguir si estás agotado. -Le acercó una botella de agua-. Además, si sigues así, mañana no podrás moverte.

Youngjo aceptó la botella, bebiendo un largo trago mientras trataba de calmar el caos de sus pensamientos.

Estar solo con Woong nunca había sido fácil para él, especialmente porque cada pequeño gesto, cada sonrisa, lo afectaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.

A lo largo de los años, había aprendido a esconder sus sentimientos detrás de bromas y, en especial, el fanservice, pero en momentos como este, cuando él lo miraba con esos ojos llenos de preocupación, todo se volvía más difícil de manejar.

-Sabes que si necesitas ayuda, puedo quedarme un rato más, ¿verdad? -Woong continuó, acercándose un poco más-. No tienes que hacerlo solo.

Solo parpadeó, sorprendido por la oferta. Hwanwoong no solía quedarse más tiempo del necesario, especialmente cuando ya habían terminado el horario oficial de práctica.

Sin embargo, allí estaba, ofreciéndose a ayudarlo sin pensarlo dos veces.

La parte más racional de su mente le decía que debía rechazar la oferta, que estar solo con él solo complicaría más las cosas, pero su corazón, siempre tan terco, lo traicionó.

-Eso sería genial, Woongie. Gracias. -Sonrió, tratando de no mostrar lo nervioso que se sentía al aceptar su ayuda.

Hwanwoong asintió, colocándose junto a él mientras empezaban a repetir el paso una y otra vez.

Al principio, mantuvieron la concentración, enfocándose en los movimientos, pero a medida que los minutos pasaban, la atmósfera entre ellos comenzó a cambiar. La cercanía, la intimidad de estar solos en la sala, rodeados por el silencio de la noche, hacía que la tensión entre ellos fuera palpable.

-¿Recuerdas cuando hacíamos esto para las cámaras? -dijo hwanwoong de repente, intentando aliviar la presión con una broma-. Tomoon siempre bromeaba que un día terminaríamos confundiendo las cosas con algo más.

Mencionó con una sonrisa, su expresión relajada mientras continuaba ayudándolo con los movimientos.

-Sí, pero creo que ambos sabemos que era solo por diversión. -Hizo una pausa, nervioso, mirándolo de reojo.

𝐏𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐜𝐚𝐬 |ʸᵒᵘⁿᵍʷᵒᵒⁿᵍ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora