36. Aprendiendo

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Habían tardado demasiados días en volver, solo hicieron una parada en casa de Sana para traer comida y el auto volvía a avanzar

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Habían tardado demasiados días en volver, solo hicieron una parada en casa de Sana para traer comida y el auto volvía a avanzar. Nayeon guiaba a Jimin al negocio de su amiga extranjera, había llamado anticipadamente y Lisa ya tenía todo preparado para atenderlas.

Lisa se había sorprendido al escuchar toda la historia, nunca pensó que la pareja de Nayeon resultaría ser mitad lobo como lo era su esposa. Y que Nayeon lo dijera tan confiada, le hizo entender que ella ya sabía sobre su familia.

—¿Falta mucho? — Jimin preguntó, Lisa atendía a Jungkook al ser el más grave — mi pareja tiene mucho dolor, ella no es mitad animal.

—Les dije claramente que no entraran — respondió Lisa, estaba cociendo el hombro de Jungkook, este estaba anestesiado. Sus huesos habían sido colocados en su lugar y podría volver a ser humano para curarse por su cuenta —Yy yo curo animales, no monjas — terminó de coser.

—¿Entonces ya la traigo? — la ojiverde suspiró ante la respuesta de Jimin. Resignada, solo asintió, después de todo ya había terminado con el rubio — ¡Minjeong! ¡Ven! — gritó Jimin desde la puerta.

—¡Que no puedo caminar! — respondió — ¡Ven tú!

En el gran patio de Lisa, el resto esperaba mientras veían al pelinegro correr con alegría de un lado a otro, parecía un niño.

—¡Esto es maravilloso! — gritaba Taehyung, tenía bastante velocidad y eso le encantaba. Se detuvo frente a un árbol y mirando la altura, quiso intentar llegar a la cima. Preparo su cuerpo y dando un brinco, solo saltar a gran altura, dándose de golpe en la última rama. Cayó de cabeza contra el suelo pero no se hizo daño, se veía incluso más contento — ¡¿Vieron eso?! — levantó la cabeza — ¡Salté muy alto! ¡Y no me dolió cuando caí! — rió, volvió a levantarse para seguir trepando el árbol.

Sana miraba esto con los ceños fruncidos, él disfrutando y ella aún transformada en lobo. Tzuyu estaba a su lado, no quería decir nada, podía sentir su enojo, eso la ponía nerviosa.

—Sana — la castaña giró a verla, pudo sentir que la amenazó solo con la mirada — Mira, volver a tu forma humana es sencillo — Sana comenzó a gruñir — ¿Y por qué te enfadas conmigo? Yo no hice nada — Sana le giró el rostro, estaba ofendida — Solo tienes que relajar tu cuerpo y enfocarte en tu forma humana. Vamos, hazlo — se inclinó delante de ella — Vamos, Sana. Puedes hacerlo — acarició detrás de su oreja.

La castaña bajó la mirada resignada y asintió. Cerró los ojos para concentrarse y respiró profundo. En sus pensamientos se vía ella misma en cómo era antes, imaginaba sus dedos, su cabello, el color de su piel.

Abrió los ojos lentamente y se encontró con la mirada de Tzuyu, ella evitaba su mirada, nerviosa. Sana se miró así misma y sus ojos se aguaron al verse de la misma forma.

¿Y si se quedaba así para siempre?

—¡Sana! — llamó Jimin desde dentro — ¡Tu turno!

—Tranquila, ya aprenderás — Tzuyu la alentó — Vamos a que te revisen.

Una loba como mascota - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora