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Jungando a la piñata con Medusa
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Voy a decir algo que nunca pensé que diría, tengo un poco de miedo, pero muy poco.
Al final entramos en el local y por entramos me refiero a que Annabeth y Percy entraron sin pensárselo demasiado y Grover y yo nos vimos obligados a tener que seguirlos. Creo que el niño cabra y yo somos los únicos realmente conscientes del peligro, para decir que es tan lista Annabeth a veces no se entera de nada.
—Por favor, sentaos — Nos pide la "Tía Eme"
—Alucinante — Dice Percy al ver la zona de comida
—Hum… — Musita Grover— No tenemos dinero, señora
—No, niños, no hace falta dinero, es un caso especial, ¿verdad? Es mi regalo para unos huérfanos tan agradables
A si, se me había olvidado decirlo, a Percy se le ha ocurrido decirle a Medusa que somos unos huérfanos que nos hemos separado de la caravana de nuestro circo. Medusa claramente no se lo ha creído y solo nos está siguiendo el juego, sinceramente nadie se creería esa excusa, pero Percy parece bastante orgulloso de ella, por una vez no voy a ser yo quien lo desilusione, voy a esperar a que sea la "Tía Eme", por qué estoy segura de que no vamos a lograr salir de aquí sin haber desenvainado la espada.
No se quién estaba más tensa si yo o Medusa. Aún que no se de qué me sorprendo, por supuesto que sabe quiénes somos, lo que si logra sorprenderme de verdad es el como ninguno se ha dado cuenta de que Medusa conoce nuestros nombres.
Pronto tuvimos unas hamburguesas, patatas y batidos delante nuestra.
Yo me lo pienso un poco antes de comenzar a comer con precaución a diferencia de los niños que enseguida se abalanzan a la comida.
