Donde Martin va de fiesta con sus amigas y el dj pone música de los grupos de música que lleva en sus camisetas.
...
- ¡Venga Martin, que va a ser divertido!
Le habían engañado. Se suponía que iba a ser una semanita de relax en la paya con sus mejores amigas y resulta que no. Iban a salir de fiesta todas las noches.
Que a ver, es lo que solía hacer toda la gente que iba a Salou al acabar segundo de bachillerato, pero sus amigas le habían prometido que ellos no iban a hacer eso. Aunque tampoco se podía sorprender, las únicas prendas que tenían Chiara y Ruslana en su maleta eran ropa de fiesta y el pijama.
Así que ahí estaba él, con su camiseta de The Kooks y sus pantalones vaqueros esperando en la entrada del Tropical para entrar a una fiesta de la que no tenía muchas ganas.
No es que no le gustara ir de fiesta, se lo solía pasar bien si iba con sus amigas, pero sí que era cierto que le costaba entrar en el mood de fiesta, sobre todo cuando no se sabía ninguna canción y lo único que podía hacer era bailar con la canción de reggaetón de turno.
- Tendrías que haberme dicho que íbamos a salir por ahí, me habría puesto otra ropa- se quejó. Era mentira, no había traído ropa de fiesta porque se suponía que no iban a salir de fiesta, pero le apetecía quejarse.
- Venga, no te quejes que si te lo hubiese dicho no hubieras venido. Además- empezó a sacar las entradas de su bolso- gracias a mis contactos, vamos a poder salir todos los días gratis. Bueno, que con los precios de los cubatas ya nos vamos a querer pegar un tiro, pero por lo menos no pagamos entrada.
- ¿Qué dices? Oh my god Ruslana, eres la mejor- dijo Chiara mientras le plantaba un beso en la mejilla.
- No me agradezcas a mí sino a mi amigo. Es el dj y me ha invitado a todos los sitios donde va a tocar esta semana. A mí y a dos acompañantes, claro está. Estamos ahí de apoyo moral.
- Así que ya sé quien es el culpable de mi sufrimiento...
- Deja de llorar Martin que ya verás como nos lo pasamos bien.
Había demasiada gente en la discoteca por lo que no pudieron acercarse al dj en un principio, por lo que se dedicaron a bailar. No ponía mala música, las mezclas eran buenas, pero hubiera sido más divertido poder reconocer alguna canción.
- ¡Chicos, estoy viendo un hueco!- Chiara agarró a ambos de los brazos- ¡Venid conmigo!
Se colaron entre la gente y consiguieron ponerse delante del dj.
- ¡Juanjo!- gritó Ruslana.
El chico levantó la cabeza e hizo un gesto a Ruslana como saludándola. Luego se giró hacia Martin y le dio un repaso. Wow, que intenso. Martin se había puesto nervioso con tan solo una mirada, pero es que para no hacerlo. El chico delante de él era simplemente... increíble. Increíblemente atractivo para ser exactos.
Después de unos segundos de embobamiento se puso a bailar al lado de sus amigas.
- ¡Cuando acabe el turno os lo presento!- dijo Ruslana.
Siguieron bailando un rato más hasta que de repente empezaron a sonar unos acordes de una canción que conocía bastante bien. ¿Era Sweet emotion de The Kooks? Le costaba creerlo, no era una canción muy fiestera. Bueno, no es solo que no fuera fiestera, es que directamente no era muy conocida. ¿Acaso era Juanjo fan de The Kooks? Supuso que había sido un buen día para llevar su camiseta del grupo.
Aunque ahora que lo recordaba, Juanjo le había dado un repaso cuando Ruslana le había saludado. Y si...
No, no podía ser. Era imposible. La chica de la entrada al local les había dicho que era un sitio donde se ponía todo tipo de música, probablemente había sido todo una casualidad. Desvió la mirada hacia Juanjo un segundo y descubrió que el contrario ya le estaba mirando. Cuando sus ojos se cruzaron le guiñó un ojo.
