Mi inspiración

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Robin estaba por lanzar el libro que lanzaría su carrera hasta la cima, le había costado años de trabajo duro lograr descifrar los escritos en una lengua antigua y el poder traducirlos para que todos pudieran compartir los conocimientos de una civilización antigua, muchas personas habían estado en su contra, la habían saboteado más de una vez, negándole permisos, llamándola mentirosa, desacreditándola, pero al final ella se volvía a alzar cual fénix, tenia a sus amigos de su lado que luchaban para demostrar que todas las cosas que decían sobre ella eran falsas, solo viles mentiras creadas por hombres poderosos que deseaban hundirla. 

Pero ella era fuerte porque los tenía a ellos. 

Tenia a esas personas que iluminaban sus días con sonrisas y risas, la llenaban de amor, hubo un tiempo donde ella pensaba que no merecía ser amada, que merecía el desprecio de las personas. 

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Robin tenia apenas 9 años cuando huyo de casa de su tío, su madre la había dejado con su familia ya que debía ir a una exploración, pero durante el viaje falleció dejándola atrapada en esa casa donde era despreciada por el trabajo de su madre, ya que decian que practicaba brujería además de cosas satánicas y eso la llevo a su muerte, cuando en realidad se dedicaba a la arqueología, pero su tía era tan cerrada de mente que prefería difamarla así que aprovechaba a  maltratarla, le llamaban la hija del demonio.

Ella era llamada así por todo el mundo que sabía de aquel apodo, por eso huyo, prefería estar sola en la calle, que seguir en esa horrible casa donde de igual forma se sentía sola y despreciada, así empezó a robar comida de los puestos y dormir en callejones ocultándose del mundo.

Hasta que un día se coló en una biblioteca, en realidad siempre iba los libros fueron su refugio desde que aprendió a leer, algún día quería seguir el ejemplo de su madre para aprender sobre arqueología, por lo mismo aprendió rápidamente distintos idiomas simplemente leyendo, pero por las noches cuando nadie veía se escondía de los guardias para poder dormir ahí, era acogedor, mucho más que los callejones claro está, estuvo haciendo eso alrededor de un año, cuando lo conoció.

Un chico de cabello azul en bañador estaba frente a uno de los libreros de carpintería. 

—¿Cual era el libro que me pidió el Señor Tom? —Masculló por lo bajo mientras Robin lo veía detrás de uno de los libreros, sintió curiosidad quería ayudarlo pero le llenaba de miedo que pudiera insultarla. —¿Cual era? Debió mandar a Icetonto y no a mí— Masculló con frustración cuando volteo a ver en dirección donde se escondía Robin, la cual se agachó aún más rogando porque no la hubiera visto. —Hey tu! —Grito el peliazul yendo tras ella mientras Robin se echaba a correr, pero este la alcanzo tomándola de la mano. —¿Podrías ayudarme? —Robin se paralizó mientras lo volteaba a ver, no podía creer que realmente alguien quisiera su ayuda.

—S-s-si —Balbuceo haciendo que el chico sonriera y jalara de ella para llevarla de nuevo al librero. —¿Qué libro necesitas? —Pregunto viendo las estanterías

—Necesito buscar un libro de  carpintería —Explico viendo los libros mientras colocaba sus manos sobre su cintura. —Sería genial un libro sobre buques de guerra, pero ahora debo contentarme en el de carpintería —Explicó volviendo a verla 

Robin solo lo vio confundida, que le dijera que era un libro de carpintería no ayudaba en nada, ya que la mayoría tenia eso escrito en el titulo.

—¿No recuerdas algún otro detalle? —Cuestiono empezando a jalar de algunos libros.

—Bueno... Principios.. O algo así era 

—¿Principios de la carpintería? —Preguntó buscando en otro estante.

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