Emergencia Emocional 2: Cicatrices Del Pasado y ¿Perdón?

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Noeul manejaba con manos temblorosas, sus ojos constantemente revisaban el espejo retrovisor. Había una tensión en el aire que hacía que su corazón latiera con fuerza. Seojun, sentado en el asiento trasero, miraba por la ventana, ajeno a la tormenta de emociones que se arremolinaban dentro de su padre.El mensaje de Khao aún resonaba en la mente de Noeul. Sabía que la distracción que su amigo había creado no duraría para siempre, y que Boss ya debía estar detrás de ellos. Cada kilómetro que avanzaban lo acercaba más a su destino, pero también era un recordatorio de que el tiempo se estaba agotando.

Noeul: -para sí mismo- "Solo un poco más... solo un poco más."

Seojun: "Papá, ¿a dónde vamos?"

La voz de Seojun era suave, inocente, y eso hizo que Noeul sintiera una mezcla de alivio y tristeza. Noeul no quería mentirle, pero tampoco podía decirle toda la verdad.

Noeul: -tratando de sonreír- "Vamos a un lugar seguro, cariño. Solo tú y yo."

Seojun: -sonriendo- "¿Vamos a tener aventuras?"

Noeul asintió, intentando mantener el control de sus emociones. "Sí, una gran aventura. Pero necesito que seas fuerte y me ayudes, ¿de acuerdo?"

Seojun asintió con entusiasmo, sin entender la magnitud de la situación. Para él, todo esto no era más que un emocionante viaje con su papá.

Mientras tanto, Boss había comenzado a unir las piezas del rompecabezas. La llamada de Khao había dejado un rastro, un pequeño error que había pasado desapercibido. Boss sabía que tenía poco tiempo, pero también sabía que si jugaba bien sus cartas, podría alcanzarlos.

Boss: -hablando consigo mismo, apretando la mandíbula- "Noeul, no debiste huir. Te dije que no podrías esconderte de mí."

Tomó su teléfono y comenzó a hacer algunas llamadas. Tenía contactos en todas partes, y aunque Noeul había sido cuidadoso, Boss tenía recursos que estaban más allá de su alcance. Sabía que tenía que actuar rápido.

De vuelta en la carretera, Noeul notó que las luces del día comenzaban a desvanecerse. La oscuridad empezaba a envolver el paisaje, y con ella, una nueva ola de miedo. Se dirigía hacia la frontera, un lugar donde esperaba poder cruzar sin ser detectado.

Noeul: "Seojun, voy a necesitar que te recuestes un rato. Vamos a pasar por un lugar donde necesitamos estar muy callados."

Seojun: -obedientemente- "Está bien, papá. ¿Debo cerrar los ojos?"

Noeul sonrió y asintió. "Sí, cariño. Solo por un momento."

El niño hizo lo que su padre le pidió, y Noeul continuó conduciendo, su corazón en la garganta. Cada coche que pasaba, cada sombra que veía a lo lejos, lo hacía sentir que Boss estaba cada vez más cerca.

Finalmente, llegaron al pequeño paso fronterizo que Noeul había planeado usar. Era un lugar poco transitado, lo que le daba una pequeña esperanza de que podrían cruzar sin problemas. Tomó aire profundamente y se preparó para enfrentar lo que venía.Boss, por otro lado, estaba cerca de descubrir su paradero. Sus hombres le habían proporcionado información vital, y ahora, todo lo que necesitaba hacer era moverse rápidamente. Sabía que Noeul tenía ventaja, pero Boss no era alguien que se diera por vencido fácilmente.

Boss: -mirando el mapa y marcando una ruta- "Te encontraré, Noeul. Y esta vez, no dejaré que te vayas."

La tensión se sentía como una cuerda estirada al máximo, a punto de romperse. Noeul estaba a solo unos minutos de cruzar la frontera, pero también estaba a punto de enfrentarse a su peor temor: que Boss los atrapara antes de que pudieran escapar.

Los ojos de Noeul se llenaron de lágrimas, pero no podía permitir que el miedo lo paralizara. Tenía que seguir adelante, tenía que cruzar y dejar todo atrás para darle a su hijo una vida mejor. Pero sabía que el peligro estaba acechando muy cerca, y que cualquier error podría costarles todo.

El final de esta carrera estaba cerca, pero la pregunta seguía siendo: ¿lograrían escapar antes de que Boss los alcanzara?