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Michael llegó al edificio donde estaba ubicado su penthouse, ansioso por descansar después de un día agotador. Cuando se acercó a la entrada, su atención se desvió hacia una mujer que esperaba en el vestíbulo, con la mirada concentrada en su teléfono. Algo en su postura y actitud le llamó la atención; irradiaba una confianza tranquila, y su presencia parecía dominar el espacio de una manera sutil pero firme.
Al cruzar las puertas, sus miradas se encontraron. Michael, acostumbrado a recibir miradas de admiración o nerviosismo, se sorprendió al ver una expresión completamente neutra en el rostro de la mujer. Ella lo miró como si fuera cualquier persona más, no el famoso delantero del Bastard München.
-¿Esperas a alguien? -preguntó Michael, con su habitual tono seguro, esperando que su presencia la desconcertara al menos un poco.
-Así es -respondió ella, sin perder la calma, ni mostrar interés alguno.
Michael, intrigado por su actitud, dio un paso más cerca, extendiendo su mano.
-Michael Kaiser.
-(N) Wayne -replicó ella, estrechando su mano con firmeza.
Antes de que Michael pudiera decir algo más, la puerta del ascensor se abrió y de ella salió Aaron, su vecino, con una sonrisa amplia. Al ver a Michael, levantó una mano en saludo.
-¡Michael! ¿Qué tal, amigo? -dijo Aaron, con la misma amabilidad de siempre.
-Aaron -respondió Michael, devolviendo el saludo con una leve inclinación de cabeza.
Aaron se giró hacia (N) con una expresión cálida, y la saludó con entusiasmo.
-¡(N)! Me alegra que hayas llegado.
Michael observó cómo Aaron y (N) intercambiaban unas palabras antes de que ambos se dirigieran hacia la salida, dejándolo a él solo en el vestíbulo. Aunque Aaron había sido cortés, su atención se había centrado claramente en la mujer, lo que dejó a Michael con más preguntas que respuestas.
Esa noche, mientras intentaba relajarse en su penthouse, Michael no podía dejar de pensar en (N). Había algo en su actitud que le había dejado una impresión duradera, una que no podía sacudirse.
(...)
A la mañana siguiente, mientras salía del edificio para dirigirse al entrenamiento, se encontró con Aaron en el vestíbulo. Sin perder tiempo, Michael decidió aprovechar la oportunidad para saciar su curiosidad.
-Aaron -lo llamó, deteniéndose junto a él-, la chica de anoche, (N) Wayne. ¿Qué sabes de ella?
Aaron levantó una ceja, divertido por el interés de Michael.
-¿(N)? Es una buena amiga. La conozco desde hace años. ¿Por qué preguntas? -inquirió, con una sonrisa traviesa.
Michael se encogió de hombros, tratando de no mostrar demasiado interés.
