Único

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Era una tarde de otoño en Seúl, y la ciudad se había transformado en un vibrante mosaico de colores. Los parques, alfombrados de hojas crujientes, ofrecían un espectáculo natural mientras el aire fresco invitaba a paseos relajados. En uno de estos parques, Chanyeol estaba sentado en un banco, rodeado de una montaña de libros. La vida de Chanyeol siempre había estado llena de proyectos y responsabilidades, pero hoy había decidido tomarse un merecido descanso. Le gustaba leer en la tranquilidad de la naturaleza, un contraste refrescante con el bullicio de la ciudad.

De repente, un pequeño perro comenzó a corretear alrededor del banco, jugando con una hoja caída. Chanyeol sonrió al ver el alegre espectáculo. En ese momento, un hombre que parecía ser el dueño del perro se acercó. Kyungsoo era su nombre, un joven con una mirada tranquila y cálida que inmediatamente captó la atención de Chanyeol. Tenía una actitud serena, pero también había una chispa en sus ojos que lo hacía especialmente cautivador.

—Hola —dijo Kyungsoo, mientras el perro le saltaba alegremente, con la cola moviéndose como una pluma en el aire.

—Hola —respondió Chanyeol. Sus ojos se encontraron con los de Kyungsoo y, aunque la conversación empezó de manera casual, sus corazones se agitaron como si se conocieran de vidas pasadas.

Ambos comenzaron a hablar, y pronto descubrieron que tenían muchas cosas en común. El amor por los libros, el gusto por el cine clásico, y una pasión compartida por las largas caminatas por la ciudad. La conversación fluía sin esfuerzo, como si ya se conocieran desde hace mucho tiempo. Chanyeol se dio cuenta de que había algo especial en Kyungsoo, alguien que deseaba mantener en su vida.

A medida que pasaron las semanas, su amistad se volvió más sólida. Comenzaron a verse regularmente, paseando por el parque, explorando nuevos cafés, y compartiendo historias personales. Cada encuentro fortalecía su vínculo y, sin darse cuenta, comenzaron a desarrollar sentimientos que superaban el de una simple amistad. Chanyeol, que había estado acostumbrado a la vida ajetreada y solitaria, encontró en Kyungsoo un refugio reconfortante. Sus conversaciones se alargaban hasta el anochecer y sus risas se volvían parte de la banda sonora de sus días.

Una tarde, el cielo se oscureció y comenzó a lloviznar suavemente. Chanyeol y Kyungsoo estaban paseando por el parque, disfrutando de la conversación como de costumbre. La lluvia comenzó de manera casi imperceptible, pero pronto se convirtió en una lluvia ligera pero persistente. Las gotas comenzaron a caer y, aunque el parque se vació de visitantes, ellos se quedaron allí, sin prisa por irse.

—Parece que vamos a mojarnos —dijo Kyungsoo con una sonrisa divertida, mientras levantaba el cuello de su chaqueta para protegerse un poco de la lluvia.

—Parece que sí —respondió Chanyeol, riendo mientras el agua comenzaba a empapar su cabello rubio y su ropa. No parecía importarle en lo más mínimo.

La lluvia se convirtió en una cortina de agua que los envolvía mientras seguían caminando bajo los árboles, que los protegían parcialmente. Kyungsoo se detuvo de repente y miró a Chanyeol con una expresión que mezclaba ternura y determinación.

—¿Te gustaría hacer algo loco? —preguntó Kyungsoo, su voz apenas audible sobre el ruido de la lluvia que caía.

Chanyeol lo miró con curiosidad, su corazón acelerándose ante la emoción en los ojos de Kyungsoo.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó Chanyeol, sus labios curvándose en una sonrisa intrigada.

Kyungsoo dio un paso hacia él, estirando la mano para tomar la de Chanyeol. Los dedos de Kyungsoo estaban fríos, pero su toque era cálido y lleno de intención. Chanyeol sintió un escalofrío agradable recorrer su cuerpo al sentir el contacto.

—Bailar bajo la lluvia —dijo Kyungsoo, sus ojos brillando con una chispa de emoción y desafío.

Chanyeol sonrió ampliamente y asintió, sin necesidad de palabras. Juntos, comenzaron a moverse con la lluvia cayendo alrededor de ellos. Sus risas se mezclaban con el sonido de las gotas al golpear el suelo, y sus movimientos eran descoordinados pero alegres. La sensación de libertad y la emoción del momento creaban una atmósfera mágica.

Mientras giraban y se abrazaban, Chanyeol sintió la cercanía de Kyungsoo más fuerte que nunca. Los dos se miraban con una mezcla de diversión y ternura, disfrutando del momento y del contacto cercano. De repente, Kyungsoo se detuvo y, con un gesto delicado, acercó su rostro al de Chanyeol. Sus labios se encontraron en un beso suave, romántico, cargado de la dulzura del momento y del fervor de la lluvia.

La lluvia los envolvía, y el beso parecía hacer que el mundo se desvaneciera a su alrededor. Los labios de Kyungsoo se movían con una ternura que hacía que Chanyeol se olvidara del frío y del agua que caía sobre ellos. Era como si el tiempo se hubiera detenido y todo lo que quedaba era el calor del beso y la conexión profunda entre ellos.

—Eres la mejor parte de mis días —susurró Kyungsoo contra los labios de Chanyeol con sinceridad.

Chanyeol sonrió contra el beso, envolviendo a Kyungsoo en un abrazo cariñoso mientras el agua caía sobre ellos. La caricia de la lluvia mezclada con el calor de su amor creaba una sensación de perfección absoluta.

Cuando finalmente se separaron, ambos estaban empapados, pero sus sonrisas eran radiantes. Chanyeol acarició el rostro de Kyungsoo con ternura, sus dedos deslizándose por el rostro húmedo de su amado. Kyungsoo cerró los ojos y se inclinó ligeramente hacia la mano de Chanyeol, disfrutando del toque suave y amoroso.

—Me has hecho muy feliz hoy —dijo Chanyeol, su voz llena de emoción genuina y gratitud.

Kyungsoo le devolvió una mirada de amor, con ojos llenos de afecto.

—Y tú a mí, Chanyeol. Gracias por estar aquí conmigo —respondió Kyungsoo, con su voz entrecortada por la emoción.

Juntos, se quedaron allí, bajo la lluvia, disfrutando de la magia del momento y del amor que habían encontrado en el inesperado rincón del parque. La lluvia continuaba cayendo, pero para ellos, el mundo estaba lleno de un cálido resplandor. El sonido de las gotas cayendo y el suave roce de la piel de Kyungsoo contra la de Chanyeol creaban una sinfonía íntima, perfecta en su simplicidad. Mientras la tarde se desvanecía en la noche, Chanyeol y Kyungsoo supieron que ese momento bajo la lluvia sería uno de esos recuerdos que llevarían consigo para siempre.

Gracias por leer. 

El otoño que florece || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora