Unique

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"Kai, ¿dónde está mi informe?".

Beomgyu recorrió con los dedos tensos su cabello alborotado. Echó un vistazo a su escritorio, en busca de la carpeta azul que había estado revisando para su supervisor.

Si es que soñar despierto con su sexy jefe se podía llamar revisión.

"¿No estaba listo? Yeonjun vino a verlo mientras estabas en la conferencia" su nuevo secretario, un poco despistado, se encogió de hombros. "Parecía terminado".

Beomgyu agarró su cabello en un puñado. "No se lo diste a él, ¿verdad?"

Supuso que en realidad no era la gran cosa. Podía caminar a su oficina, se reirían del malentendido, y recuperaría la carpeta. Salvo que Beomgyu no tenía idea de cuán listo había quedado el informe. No se había concentrado en una palabra de los datos y con la próxima reunión de presupuesto, no quería que Yeonjun quedara como estúpido.

Como si eso fuera posible.

Yeonjun es alto, enmarcado en una ajustada camisa de sastre blanca y pantalón negro a medida, zapatos lustrados y relucientes, pesado reloj de plata en su muñeca; definitivamente él no podía pasar por tonto.

La única cosa estúpida sobre la presencia de Yeonjun era la reacción aturdida de Beomgyu hacia la centelleante sonrisa albuguínea del hombre y profundos hoyuelos.

No es que Beomgyu tienda a perderse en ese tipo de pensamientos sobre su jefe. No, claro que no. Porque la mayoría implicaban imágenes de él chupándosela a Yeonjun o siendo bordeado con sus firmes labios. Gimió.

"No estaba listo, ¿eh?" su secretario inquirió, malinterpretando su quejido.

Beomgyu se giró hacia el escritorio, obligándose a liberar su cabello. "No, Kai, no estaba listo. Lo más probable. Yeonjun me va a matar si lo hago quedar mal delante de la junta".

Nada profesional acerca de verse desaliñado sobre un error de secretaría. Lanzó una respiración resignada mientras giraba la parte de atrás del monitor de la pantalla plana. Sus pasos tambalearon.

"¡Kai!".

"¿Sí, señor?".

"¿Dónde están mis plumas, mis cuadernos, mis papeles?".

"Oh, no es nada, Beomgyu-ssi. Estaba feliz de hacerlo" sonrió brillantemente, parpadeando sus ojos castaños y careciendo incluso de remediar el más sentido común.

"¿Hacer qué?" quiso saber; su garganta le dolía por la tensión de la irritación reprimida, la cual aún le exigía que asimilara exactamente lo mal que lo había jodido.

"¿Limpiar tu escritorio?".

"Ya veo, gracias. ¿Y mis cosas?".

"Plumas en el cajón del regazo, blocs de notas en el cajón superior, y los documentos están archivados por compañía".

Su intenso placer traqueteando tan fuerte que los hilos invisibles que sostenían las comisuras de sus labios y prendían sus ojos muy abiertos, vibraban.

Registrando el caos que era por lo general su escritorio le hubiera tomado todo el día.

No tenía todo el día.

Tenía hasta que Yeonjun volviera tormentoso a la esquina de Beomgyu y exigiera una explicación por el informe de mierda que Kai le había entregado.

En un suspiro, movió el ratón y abrió el cajón superior. El escritorio de la computadora brillaba despejado y azul. Su mano se detuvo en un bloc de notas mientras los ojos miraban en el monitor.

E-MALED | yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora