𝐀𝐮𝐫𝐨𝐫𝐚- 𝙰𝚝𝚛𝚊𝚙𝚊𝚍𝚊 𝙿𝚘𝚛 𝙻𝚘 𝙳𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘.

Capitulo 1.-

Estaba en la cocina de mi casa preparando el desayuno, era muy temprano en la mañana cuando fue la primera vez que los ví, que lo ví. Un lindo coche rojo con modelo anticuado se parqueo en la casa de enfrente de donde salio una señora muy hermosa con aspecto elegante, un señor con el mismo aspecto y dos niños, una niña y un niño.

-Creo que tenemos vecinos nuevos mamá.

Mencioné volteando hacia mi madre la cual estaba sentada en el sofá viendo a la nada mientras tomaba un vaso de agua y jugaba con las Aspirinas que tenía en la mano.

-Genial...

Escuché su susurro apenas audible a lo que yo suspire rodeando los ojos, había estado así desde que empezó el trámite del divorcio con papá, ella era algo inestable, siempre la tenía que cuidar y ahora con esto aún más. Volví mi mirada hacia la casa notando que el mayor de los hermanos me miraba, su mirada era algo fría y sin emoción, vacía, para alguien de su edad, cuántos años debe de tener ¿Trece? ¿Catorce? Dudo que tenga más, aún que por su altura...no, lo dudo. Le brindo una cálida sonrisa que el ignora girando para adentrarse junto a su familia a aquella casa que había estado deshabitada por un largo tiempo ya.

-Mmh. -abro la boca, pero la cierro al instante comenzando a servirle el desayuno a mi madre. -Mamá, ya tomate esa pastilla y desayuna ¿Si?

Pido mientras me siento en la mesa a desayunar esperándola por unos minutos, pero, al ver que ella hace caso omiso a lo que le pido simplemente empiezo a comer pues tengo mucha tarea de la universidad que hacer, cuando terminó tapo la comida de mi mamá y subo a mi habitación a realizar mis actividades diarias, así me quedó hasta que tocan la puerta.

-Mamá, puedes abrir por favor, estoy ocupada! -pido mientras intento seguir con mi tarea, pero, al recibir como respuesta otra vez el toqueteo en la puerta, suspiro. -Bien, voy yo.

Digo viendo la hora en el reloj que tengo en mi muñeca, 3:33, que rápido se va las horas cuando estás haciendo cosas importantes, pensé y baje las escaleras con cuidado, cuando llegue me percate que mi madre no estaba, aplane mi vestido de seda antes de abrir la puerta.

-Buen día, en qué les puedo ayudar. -Pregunte brindándole una cálida sonrisa a la mujer y a los dos jóvenes que estaban a sus costados. -

-Hola, soy tú nueva vecina y vengo a presentarme, soy Alicia Green y estos son mis hijos, la menor, Sofía. -La pequeña me sonrió animada haciendo resaltar sus holluelos y sus rojas y regordetas mejillas, sin duda muy adorable. -Y el mayor, Edgar.

Les sonreí a ambos aún que al mirar a Edgar note que tenía la misma mirada, de cerca daba algo de escalofríos, sin duda, sus ojos son muy oscuros y siento que quieren traspasarme con ellos, pero, la dulce voz de la niña me saca de mis pensamientos.

-Te hemos traído galletitas, son de avellanas con chocolate, espero te gusten mucho. -dijo en un tono animado lo cual me hizo mirarla con adoración.

-Eso, de verdad espero que te gusten mucho y queríamos invitarte a tí y a tu familia a una cena, ya sabes por qué vamos a ser vecinos. -dijo mirándome como si no aceptara un no como respuesta lo cual me hizo sonreír incómoda, pues solo éramos mamá y yo y eso si mamá estaba al menos un poco bien, sin embargo asentí, soy mala diciendo, no.-

-Claro, aún que la cena debería hacerla yo creo, para darles la bienvenida.

-Oh, no, querida, me encanta cocinar y me encantaría que ustedes vinieran, por favor, para formar amistad. -dice y me entrega la canasta con galletas a lo cual sonrió en modo de agradecimiento.-

-Esta bien, mi mamá y yo estaremos contentas de ir, seguro nos llevaremos bien y muchas gracias por las galletas.

-Muy bien, te avisaré que día será, ahora te dejo por qué supongo debes de estar muy ocupada.

Dijo y sin más se fueron, yo cerré la puerta no sin antes despedirme de la menor que durante el camino a su casa se giraba para despedirse con su mano y una enorme sonrisa, que dulce.

-Por lo menos son agradables o eso parece..

Me dije a mi misma, pues mi mamá dios sabe dónde estará.